01. La profesión debería estar más preocupada por la ecología, lo que no quiere decir que no haya arquitectos implicados en la lucha contra el cambio climático. Piensa que es un problema reciente en la historia de la humanidad, aunque para mí fundamental a la hora de diseñar una obra.
02. Uno de mis nietos me dijo el otro día que le gustaba cómo me parecía a uno de sus juguetes, una peonza. No lo había pensado. Siempre me estoy moviendo, es cierto. Yo intento mantener un equilibrio, y sospecho que nunca lo logro.
03. En mi vida ha habido muchos puntos de inflexión como, seguramente, en las vidas de casi todo el mundo. Muchas veces, lo que es vivido como algo muy negativo, con el paso del tiempo te das cuenta de que no es así. Las peores experiencias te hacen más fuerte.
04. Hay una paradoja: cuanto más sofisticado y moderno sea el equipo técnico y los ordenadores que usas, más importante es estar allí, pisar el terreno. Ninguna película u ordenador te va a dar ciertas pistas.
05. Siempre he sentido curiosidad sobre lo que hace funcionar al mundo físico y abstracto. Encuentro inspiración en todo, suena un poco loco, pero así es. Puede ser que yo vea cosas que otros no ven... Es esa curiosidad por conocer lo me inspira.
06. No dejo de aprender. Y por esa razón no he dejado de hacer cambios en el planteamiento desde que lo comencé. Todo proceso comporta una serie de juicios de valor. Algunos de ellos son de gran calado intelectual.
07. En la ciudad moderna todo está centrado en la movilidad. Y seguirá estándolo, pero ya no con el coche como protagonista. Y eso se reflejará en la estructura de las ciudades. La vieja ciudad pensada para los peatones se impondrá.
08. Los arquitectos tenemos una doble responsabilidad: por una parte, nos debemos al cliente al que vendemos nuestros servicios, pero también al dominio público, a las necesidades de la gente, que son materiales pero también emocionales y espirituales.
09. Creo que sólo hay tres parámetros que el arquitecto ha de tener en cuenta: el tiempo, el dinero y su creatividad. Éste último es el elemento decisivo: muchos de los mejores trabajos arquitectónicos nacieron a partir de presupuestos muy apretados.
10. España es un país precioso con una rica arquitectura y un enorme patrimonio cultural. Podría decirse que lo tiene todo: montañas, una línea de costa sensacional y vida urbana, además de agricultura, minería e industria.
11. Odio la formalidad, el guardar las apariencias, porque soy una persona a la que le gusta tener una vida privada, que disfruta mucho de su familia y a la que no le gusta llamar la atención.
12. Los seres humanos somos imperfectos, y la perfección es un ansia imposible. Los edificios los diseñamos gente, los construimos gente y los habitamos gente. A mí la insatisfacción me nace de la curiosidad.