01. El propio término "servicio público" es un absurdo. Todo bien es útil "para el público" y casi todo bien...Puede ser considerado "necesario". Cualquier designación de unas pocas industrias como "servicios públicos" es completamente arbitraria e injustificada.
+ Frases de Servicios públicos
02. La afirmación de los derechos humanos (en contraposición a los derechos de los animales) no es propiamente una razón emotiva nada más; los individuos poseen derechos, no porque "sintamos" que deberían, sino debido a una investigación de la naturaleza del hombre y del universo.
03. El Estado es la única organización que obtiene sus ingresos, no a través de contribuciones voluntarias o el pago por servicios prestados, sino a través de la coerción. (...) El Estado obtiene su renta mediante el uso de la compulsión, es decir, la amenaza de la cárcel y la bayoneta.
04. En otras palabras, creemos que el capitalismo es la máxima expresión del anarquismo y el anarquismo es la máxima expresión del capitalismo. No sólo son compatibles, sino que no se puede tener uno sin el otro. El verdadero anarquismo será el capitalismo, el verdadero capitalismo será el anarquismo.
05. Si ninguno pudiera intercambiar, si todo hombre estuviera forzado a ser completamente autosuficiente, es obvio que la mayoría de nosotros se moriría de hambre, y el resto escasamente podría mantenerse en vida. El intercambio es la sangre vital, no sólo de nuestra economía, sino de la civilización misma.
06. No es un crimen ser un ignorante en ciencia económica, que es, después de todo, una disciplina especializada, además considerada por la mayor parte de la gente como una ciencia lamentable. Pero sí es totalmente irresponsable tener una opinión radical y vociferante en temas económicos mientras que se está en ese estado de ignorancia.
07. El Estado es la vasta maquinaria de la delincuencia y de la agresión institucionalizadas, la "organización de los medios políticos" con el objetivo de enriquecerse, esto quiere decir que nos hallamos ante una organización criminal y que, por consiguiente, su categoría moral es radicalmente distinta de la de cualquiera de los legítimos dueños de propiedades.
08. El dinero surge en el mercado libre, dado que los individuos, en el mercado, intentan facilitarse el proceso vital de intercambio. El mercado es una red, un entramado en el que dos personas o instituciones intercambian dos artículos diferentes. Los individuos se especializan en la producción de diferentes bienes o servicios y luego intercambian estos bienes en condiciones acordadas.
09. La aparición de la moneda fue una gran bendición para la raza humana. Careciendo de moneda -sin un medio general de intercambio- no podía haber verdadera especialización, no podía avanzar la economía más allá de un simple nivel primitivo. Con la moneda, todos los problemas de la indivisibilidad y de la "coincidencia de necesidades", que afligían a la sociedad de trueque, desaparecieron por completo.
10. Una vez que un bien se emplea como dinero, el mercado se amplía rápidamente y la economía se hace notablemente más productiva y próspera. La razón es que el sistema de precios se simplifica enormemente. Un "precio" es simplemente los términos del intercambio, la proporción de las cantidades de los dos bienes que son negociados. En cada intercambio, la cantidad X de una materia es intercambiada por la cantidad Y del otro.
11. (...) Pero la diferencia fundamental entre los libertarios y otras personas no está en el área del crimen privado, sino en su visión del rol del Estado, o sea, del gobierno. Para los libertarios el Estado es el agresor supremo, el eterno, el mejor organizado, contra las personas y las propiedades del público. Lo son todos los Estados en todas partes, sean democráticos, dictatoriales o monárquicos, y cualquier que sea su color.
12. (...) El establecimiento de la moneda proporciona otro gran beneficio. Ya que todo intercambio se efectúa por dinero, todas las relaciones de intercambio se expresan en dinero y la gente puede así comparar el valor de mercado de cada uno de los bienes con el de los demás. Si un televisor se intercambia por tres onzas de oro, y un automóvil por 60, entonces cualquiera puede advertir que un automóvil vale en el mercado tanto como 20 televisores.