01. La abracé para quererla mucho y me abrazó para protegerme mucho. Ese silencio fue sonoro. A veces, ayer como hoy, se escucha el amor cuando más callado estás.
02. La tristeza que provoca el saber que no puedes besar es infinitamente más dolorosa que un último beso.
03. La ingenuidad se pierde si quieres perderla –decía Visi-. Mira la Honorina, qué majadera es y lo contenta que vive.
04. La mayoría de los que se confiesan lo hacen para vomitar o para repartir el dolor. Yo he preferido tragar y callar.
05. Ese día, Justo Brightman, de doce años, un niño de la zona, cambiaba el viento que empujaba su vida y la de los demás.
06. Qué lejos quedaba mi casa a sólo unas calles de allí. Nunca había estado tan lejos de mi vida y sin embargo tan cerca.
07. No tengo prejuicios, me molesta la gente que los tiene y creo que es un problema para la hora de vivir. Creo que es algo muy negativo.
08. La conversación de la mujer es infinitamente más jugosa aún en el tema más liviano que la conversación de un hombre en un tema frívolo.
09. Perdí las ganas de volver a amar. Y también las de volver a verle. Su cuerpo se había quedado en el mío como una calcomanía de colores y por más que intentaba lavarme la piel a tirones, era incapaz llenar su ausencia. No se puede estar más huérfana de lo que estaba yo.
10. Porque el dolor no tiene recuerdos. Uno no siente el dolor más que en el momento, al día siguiente no se recuerda. Y ahora solo recuerdas lo bueno.
11. A fin de cuentas hacía años que nadie cuidaba de mí, yo era mi propio encargo y gestionaba mi tiempo caprichosamente. ¿Solitaria? Digamos inhabitada.
12. Escribir es mi pasión y me gustaría que se convirtiera también en mi oficio.