Frases de Mark Rothko - Página 2

01. El artista debe disponer de mucho tiempo, tiempo libre, para no hacer nada, simplemente sentarse y dejar que las ideas sobrevengan.

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02. Para nosotros el arte es una aventura en un mundo desconocido, que puede ser explorado sólo por quienes están dispuestos a asumir el riesgo.

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03. Los cuadros deben ser milagrosos.

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04. Entonces un día resulto que presencié una clase de arte, con el motivo de encontrarme con un amigo que estaba asistiendo al curso. Todos los estudiantes estaban realizando un bosquejo de una modelo desnuda, y en ese momento decidí que esa era la vida para mí.

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05. La gente que llora ante mis cuadros vive la misma experiencia religiosa que yo sentí al pintarlos. Y si usted, tal como ha dicho, sólo se siente atraído por sus relaciones de color, entonces se le escapa lo decisivo.

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06. Cuando por primera vez después de muchos siglos los movimientos artísticos de primera mitad del siglo XX sienten la necesidad por salir de un mundo obsesionado por el cientifismo y la objetividad, el plano de la trascendencia ha desaparecido de todo horizonte. El artista que busca la experiencia de lo sublime, como Rothko, rechaza cualquier identificación con el pasado religioso de la historia, pero busca el elemento espiritual histórico de la misma tradición. Por ello artistas y escritores acabarán reconociendo en la mística una referencia ineludible para la comprensión de la dimensión espiritual del hombre moderno.

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07. Quizás haya notado que en mis cuadros existen dos características: o bien se trata de superficies expansivas que se dilatan hacia el exterior en todas direcciones, o bien de superficies que se contraen y retraen hacia el interior en todas direcciones. Entre estos dos polos encontrará todo lo que tengo que decir.

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Mark Rothko

Mark Rothko
  • 25 de septiembre de 1903
  • Daugavpils, Letonia
  • 25 de febrero de 1970
  • Nueva York, Estados Unidos

Pintor y grabador estadounidense de origen ruso, exponente del expresionismo abstracto.

Sobre Mark Rothko

Mark Rothko nació en Daugavpils (Imperio Ruso) en una familia religiosa, de padre farmacéutico e intelectual.

Fue el único de los cuatro hermanos que tuvo una educación religiosa, estudiando el Talmud (obra que contiene la tradición, doctrina y ceremonias religiosas de los judíos) en una escuela judía (Jéder).

Con el temor de que sus hijos fueran reclutados por el ejército zarista, el padre de Mark Rothko emigra a los Estados Unidos, en 1910, estableciéndose en Portland (Oregón).

En 1913 viaja la familia completa y un año después fallece el padre de Mark Rothko, dejando a la familia en una situación económica complicada.

En 1915 ingresó a la escuela primaria "Shattuck Elementary School" y tres años después a la secundaria "Lincoln High School", graduándose en 1921.

Durante su adolescencia, Mark Rothko demostró grandes dotes como orador y gusto por la pintura y la música.

Obtuvo una beca en 1921 para la Universidad de Yale, pero al año se la cancelaron y tuvo que trabajar en diversos oficios para seguir estudiando.

En 1923, Mark Rothko abandona sus estudios y se muda a Nueva York, donde tuvo su primer encuentro con el arte, a los 23 años de edad.

En 1925 comienza su formación artística en el instituto "New School of Design" y luego en el "Art Students League" de Nueva York.

En 1928 realiza su primera exposición en la Galería Oportunidad y paralelamente daba clases en la academia "Center Academy" de Brooklyn.

Mark Rothko nunca tuvo el apoyo de su familia, que no veía con buenos ojos su vocación de pintor.

En 1933 realizó su primera exposición individual de sus trabajos artísticos en la galería "Contemporary Arts Gallery", destacándose sus óleos que se llevaron la atención de los críticos.

Poco a poco, la obra de Mark Rothko fue siendo más abstracta, basada en grandes rectángulos, confusamente definidos, de colores oscuros, suaves o vivos, empleados para sugerir emoción.

En medio de una crisis depresiva, Mark Rothko se suicidó en febrero de 1970.

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