Frases de Mario Levrero - Página 7

01. Y encontrarme con esa misma estación desde donde había partido, trescientos siglos antes y encontrarla exactamente igual a sí misma como demostración de la inutilidad del viaje.

+ Frases de Estación


02. ¿Me estaré volviendo frívolo? ¿Me he salvado todos estos años de la frivolidad por ser pobre? O estoy escribiendo nada que valga la pena, pero estoy escribiendo.

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03. La noche, la madrugada, siempre es el momento más difícil; a la noche mi voluntad flaquea más que nunca y desaparece con toda facilidad.

+ Frases de Madrugada


04. Quiero decir: no importa que me falle la memoria, o que me engañe, inventándome cosas o, peor, deformándome cosas.

+ Frases de Fallar


05. (...) Su nueva imagen desplazó completamente a la anterior; ya no pude recordar a Julia como había sido.

+ Frases de Aspecto


06. Ya no era la que vivía en mi memoria, cuyo recuerdo había perdido y recuperado; era como una falsificación.

+ Frases de Falsificación


07. Me llevo algunos minutos recobrar la totalidad de la conciencia de vigilia y desalojar de la habitación las imágenes soñadas.

+ Frases de Minutos


08. Me resolví por lo más sencillo es decir, lo que suponía habría de traerme menos complicaciones.

+ Frases de Sencillo


09. Y dentro de mí fue creciendo la indignación, no sabía bien contra qué, aunque en buena parte lo era contra mí mismo.

+ Frases de Indignación


10. Demasiados años viviendo fuera de mí mismo, ocupándome de cosas que suceden fuera, de manera exclusiva.

+ Frases de Exclusivo


11. No importa qué es lo que se está viviendo cuando uno está apartado de sí mismo. Todo transcurre sin dejar ni una huella memorable.

+ Frases de Rastros


12. La causa no está en los reclamos del mundo exterior, sino en mi apego, o mi compromiso con estos reclamos.

+ Frases de Apego

Mario Levrero

Mario Levrero
  • 23 de enero de 1940
  • Peñarol, Montevideo, Uruguay
  • 30 de agosto de 2004
  • Montevideo, Uruguay

Escritor, novelista, fotógrafo, editor y guionista de cómics uruguayo, autor de "París" (1979), "Todo el tiempo" (1982), "El discurso vacío" (1996), "El alma de Gardel" (1996) y "La novela luminosa" (2005).

Sobre Mario Levrero

Mario Levrero nace en Montevideo, hijo único de Mario Varlotta y Nilda Levrero, familia uruguaya de ascendencia italiana y francesa.

Entre los tres y los ocho años de edad (1943-1948) se ve obligado a guardar reposo debido al padecimiento de un soplo cardíaco.

Estudió en la escuela Haití número 8, en el barrio de Peñarol y luego en el liceo Rodó.

Entre 1959 y 1969 junto a un socio y amigo inauguró un negocio de venta de libros usados, mostrando gran habilidad para dirigirlo.

Comenzó a publicar a fines de la década de 1960, siendo las novelas "La ciudad" (1970), "París" (1979), "El lugar" (1982), "El alma de Gardel" (1996), "El discurso vacío" (1996) y su obra póstuma "La novela luminosa" (2005) las más recordadas.

Mario Levrero también publicó varios libros de relatos, entre ellos "La máquina de pensar en Gladys" (1970), textos de difícil clasificación como "Caza de conejos" (1986) e hizo incursiones en la historieta o cómic, fruto de la colaboración con el dibujante Edgardo "Lizán" Lizasoain, junto a quien creó "Santo varón" (1986) y "Los profesionales" (1987).

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