01. Te reclama el juez y te reclama el abogado: mi opinión es, Sexto, que pagues al acreedor.
02. Hasta hace poco era médico, ahora Diaulo es enterrador; lo que hace de enterrador también lo había hecho de médico.
03. Era tu amante, pero eso podías tú, Paula, negarlo. Hete aquí que es tu marido: ¿acaso, Paula, puedes negarlo?
04. Tú que frunces el ceño y lees estos poemas de mala gana, ojalá que sientas envidia de todos, envidioso, y que nadie te envidie a ti.
05. El ceder ante uno más fuerte es conseguir el segundo puesto del valor; la victoria insoportable es la que logra uno más débil [que tú].
06. Hay cosas buenas, hay algunas medianas, son malas la mayoría de las que lees aquí: un libro no se hace, Avito, de otra forma.
07. Eres hermosa, lo sabemos; y joven, es verdad; y rica, pues, ¿quién es capaz de negarlo? Pero, cuando te alabas, Fabula, demasiado, ni rica ni hermosa ni joven eres.
08. Eso de gritar sin cesar, eso de interrumpir a los abogados en los procesos, eso, Elio, no lo haces por nada: cobras por callar.