01. Contrate a los mejores: nada honra tanto a un director general como poder presentar un equipo directivo brillante.
02. A veces hasta el mejor gerente es como aquel niño que pasea un perro grande y espera a ver dónde quiere ir el animal para entonces llevarlo allá.
03. Nada hay más importante en la gestión empresarial como el saber motivar a la gente. Una motivación vale por diez amenazas, dos presiones y seis memorandos.
04. ¿Que cómo he conseguido mis éxitos? Aplíquese con esfuerzo al trabajo. Procúrese toda la educación que pueda, pero después, por lo que más quiera, ¡Haga algo!
05. Cuando tengas que tomar una decisión, no dejes que te crezca la barba. Naturalmente, no siempre esta será perfecta y seguramente podrás meter la pata alguna vez; pero no por eso dejes de tomar tu decisión.
06. La dirección de una empresa se reduce a un sistema de códigos y juicios de valor. Por eso uno debe permanecer fiel a sí mismo. Elijan el estilo de dirección que mejor les cuadre y manténgase firmes en ésa dirección.
07. ¿Qué hacer? Algo. Cualquier cosa. Excepto quedarnos sentados. Si nos equivocamos, comenzar de nuevo. Probar otra cosa. Pero si esperamos hasta estar satisfechos y tener todas las certezas, puede que sea demasiado tarde.
08. Aprendí acerca de la fuerza que una relación fuerte con la familia puede tener. Aprendí a continuar adelante aun en los malos momentos. Aprendí a no desesperarme, aun cuando mi mundo se estaba destruyendo. Aprendí que no existen los almuerzos gratuitos. Y aprendí el valor del trabajo duro.
09. Todo director general debería desconfiar cuando recibe solo un punto de vista. Para evitar este peligro, yo siempre he sido partidario de tener a mi alrededor algunos tipos agudos, de esos que son amigos de llevar la contraria y que, por uno u otro motivo, desconfían de las apariencias y no se dejan impresionar por el argumento de que hay que seguir haciendo las cosas así porque siempre se hicieron así.