01. Estoy convencido de que no precisamos cosas materiales, sino ciertos intereses espirituales o culturales. Alguien a quien amar, una familia y amigos, pero también necesitamos algún tipo de interés vocacional o alguna creencia en algo.
02. A los primeros monjes budistas les estaba permitido tener ocho objetos, pero con esa cantidad no podían vivir, así que pasaron a 16. Los victorianos tenían unos 300 objetos y ahora tenemos unos 7.000. Necesitamos pocos para ser felices.
03. El minimalismo es una etiqueta que permite diferencias individuales. Yo trato de hacerlo todo de la manera más sencilla posible. Tengo pocas posesiones y pocos amigos. Valoro más la calidad que la cantidad y tener menos confiere libertad. Eso puede parecer contradictorio.
04. Si tienes expuesta la foto de tu madre y la ves cada día, llega un momento en que dejas de verla. Si buscas la foto de tu madre cuando la recuerdas le dedicas más atención cuando la miras. El minimalismo es un poco eso: frente a vivir rodeado de retratos, elegir cuándo quieres ver la foto de tu madre.
05. Los arquitectos aprenden de estructuras, de diseño, pero no sienten, necesariamente, implicaciones emocionales con lo que están haciendo. Para mí, la arquitectura forma parte de las preguntas que me hago como individuo. En la vida trato de reducir las cosas, de simplificar, y lo mismo hago como arquitecto.
06. El minimalismo tiene que ver con el espacio simple, con lo que se necesita y nada más, un espacio donde uno se sienta visual y físicamente cómodo. Naturalmente, es algo que también tiene que ver con la belleza de la luz, los materiales y las proporciones, pero éstas son herramientas para lograr sentirse bien en un espacio.
07. Se necesita dinero para muchas cosas: tener una oficina, comer, educar a tus hijos, pero se puede vivir sin nada más que eso. En determinado momento de mi vida renuncié a mis posesiones para empezar de nuevo. Paradójicamente, si uno tiene una educación, familia y vocación, el dinero termina por volver. Luego me casé, tuve hijos y volví a necesitar dinero. Es una cuestión de prioridades.
08. Me gustan las cualidades ambiguas del cristal. Aprecio su capacidad de integrar el espacio interior en el panorama, y de minimizar la frontera entre interior y exterior hasta su virtual desaparición. En cambio, prefiero no utilizar superficies reflectantes, porque bloquean la mirada. De la misma forma, intento eliminar las junturas entre los diversos materiales, porque hacen que el ojo se detenga.
09. Hay momentos en que el gusto por la simplicidad -en la moda y en la arquitectura- se ha convertido en un sentimiento casi generalizado y entonces el péndulo da un giro y oscila en sentido contrario. Ya he sido testigo de varios de estos ciclos. El minimalismo nunca va a ser del agrado de todo el mundo, pero creo que siempre habrá gente a quienes la calidad espiritual y sensual de esta estética les haga sentir bien.
10. El minimalismo tiene fama de frío porque es difícil de interpretar bien y sólo se conoce a través de fotografías. Es difícil enseñar lo divertido que pueden ser estos espacios. Creo que mi arquitectura es un lujo moderno porque lo que estoy dando es espacio. Mi mujer y yo, por ejemplo, tenemos menos cosas que otra gente en términos de cantidad, pero nuestras sábanas son de lino. No hay restricción a la calidad, sino a la cantidad.