Frases de Johann Wolfgang Von Goethe - Página 4

01. En toda gran separación late un germen de locura; hay que guardarse bien de incubarlo y alimentarlo meditando sobre él.

+ Frases de Germen


02. Una mujer y un vaso de vino curan todo mal, y el que no bebe y no besa, está peor que muerto.

+ Frases de Vaso


03. Nada revela tan a las claras el carácter de los hombres como aquello que encuentran ridículo.

+ Frases de Ridículo


04. La verdad es semejante a Dios: no se revela inmediatamente, sino que debemos adivinarla a partir de sus manifestaciones.

+ Frases de Dios


05. Con todas las fuerzas en contra, perseverar. Jamás doblegarse. Mostrarse fuerte atrae el auxilio de los dioses.

+ Frases de Doblegarse


06. La dicha más hermosa del hombre que piensa es haber escrutado lo escrutable y venerar serenamente lo inescrutable.

+ Frases de Dicha


07. Vivimos en medio de fenómenos deducidos y no tenemos la menor idea de cómo acceder a la cuestión primordial.

+ Frases de Medio


08. La vejez no nos vuelve infantiles, como dicen, sino que nos encuentra todavía cual verdaderos niños.

+ Frases de Vejez


09. Amigo mío, todas las teorías son grises; solamente está lozano el árbol dorado de la vida.

+ Frases de Árbol


10. El alemán posee libertad de opinión, por eso no advierte cuando le faltan la libertad de gusto y la de espíritu.

+ Frases de Alemanes


11. Si yo pinto a mi perro exactamente como es, naturalmente tendré dos perros, pero no una obra de arte.

+ Frases de Obra de arte


12. Entre todos los pueblos, fueron los griegos quienes más bellamente soñaron el sueño de la vida.

+ Frases de Grecia

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Johann Wolfgang Von Goethe

Johann Wolfgang Von Goethe
  • 28 de agosto de 1749
  • Fráncfort del Meno, Hesse, Alemania
  • 22 de marzo de 1832
  • Weimar, Turingia, Alemania

Poeta, novelista, dramaturgo y científico alemán que hizo substanciales contribuciones a la biología, historia, geología y filosofía.

Sobre Johann Wolfgang Von Goethe

Johann Goethe nació en una familia de clase media, de padre abogado y consejero imperial que se encargó de la educación de sus hijos y madre hija de un alcalde.

Durante su infancia sobresalió por su gran inteligencia y poder de síntesis.

En 1765, Goethe comenzó sus estudios de Derecho en la Universidad de Leipzig, pero una enfermedad le obligó a cortar sus estudios tres años después, terminándolo en 1771 en una universidad de Estrasburgo (Francia).

En 1775 fue invitado a la corte ducal de Carlos Augusto en Sajonia-Weimar, donde mantuvo numerosas oficinas y pasó la mayor parte de su vida.

Una vez instalado, Goethe comienza sus investigaciones científicas a la par que lleva a cabo gestiones para reformar el estado de Weimar, lo que le posibilita relacionarse con personajes notables de la sociedad.

Vivió en concubinato con Christiane Vulpius, algo mal visto para la sociedad de su tiempo, teniendo un hijo en 1789 y casándose en 1806.

La Revolución francesa (1789-1799) fue un gran trastorno para Johann Goethe, que veía la revolución como un hecho muy violento y destructor.

Entre 1784 y 1805 desarrolló una intensa colaboración con Federico Schiller, una unión que muchos juzgan como una cumbre en letras Germánicas y ya alejado de la vida pública, Goethe siguió mostrando toda su creatividad y genio.

El poder de síntesis, inteligencia y gran intelecto hicieron de Goethe un notable observador de las demandas deshumanizantes de la industria en plena revolución industrial y uno de los más grandes poetas líricos en la historia de la literatura germana.

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