01. Aprender a reinar es fácil, a gobernar, difícil.
02. Nunca nos engañan, nos engañamos a nosotros mismos.
03. El ajedrez es prueba de inteligencia.
04. La juventud quiere ser estimulada mejor que instruida.
05. Los hombres de carácter suelen convertir en ley las flaquezas. Hay gente con conocimiento del mundo que ha dicho: "La sagacidad tras la que se oculta el miedo resulta invencible". Los hombres débiles tienen a menudo ideas revolucionarias; piensan que estarían bien si nadie los gobernase, y no sienten que son incapaces de gobernarse a sí mismos y a los demás.
06. Pensemos en la grandeza de los antiguos, sobre todo de la escuela socrática, y en cómo ésta pone ante nuestros ojos la fuente y el hilo conductor de toda vida y toda actividad, y estimula no a una especulación vacía, sino a vivir y actuar.
07. Mi placer de crear era ilimitado. El talento productivo no me abandonó ni un instante durante algunos años; lo que se me ocurría durante el día y en estado de vela, se iba a menudo elaborando de noche, en ordenados sueños.
08. Hay una diferencia entre vivir con alguien y vivir en el. Hay hombres en los que se puede vivir sin vivir con ellos, y viceversa. Unir ambas cosas solo les es dado al amor y la amistad mas puros.
09. Cuando un hombre de letras alemán deseaba antiguamente dominar a su nación, le bastaba con hacerle creer que había alguien dispuesto a dominarla. Al punto quedaban todos tan intimidados que se dejaban dominar con gusto por quien fuese.
10. La afición de los alemanes por lo impreciso en las artes proviene de su proclividad a la chapucería; pues quien hace chapuzas no puede aprobar el esmero, ya que si no él mismo no sería nada.
11. Una verdad insuficiente resulta eficaz por una temporada, pero luego, en vez de una elucidación completa, se presenta de pronto algún error deslumbrante. Este le basta al mundo, y el engaño se mantiene así durante siglos.
12. Los alemanes, y no sólo ellos, poseen el don de hacer inaccesibles las ciencias. Nada alegraba tanto a los alemanes de los viejos tiempos como el hecho de que nadie tuviera que obedecer a nadie.