Frases de Ian Fleming - Página 3

01. (...) En estas cantidades la adicción se vuelve costosa y la víctima recurre automáticamente al delito para pagar la droga. Que el delito incluya a menudo el ataque físico y el asesinato se debe a una propiedad particular de la droga. Provoca un agudo complejo de persecución en el adicto, que es presa de la ilusión de que la gente quiere matarlo y de que siempre lo están siguiendo con intenciones perjudiciales.

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02. Matar gente formaba parte de su profesión. Como eso nunca le había gustado, cuando tenía que matar a alguien, lo hacía lo mejor que sabía y luego lo olvidaba. Como agente secreto con el raro prefijo doble 0 -la licencia del Servicio Secreto para matar-, era su deber ser tan frío respecto a la muerte como un cirujano. Si sucedía, sucedía. La compasión era poco profesional; peor aún, era carcomerse el espíritu sin necesidad.

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03. Los largos prolegómenos de cada seducción lo aburrían casi tanto como la posterior complicación del desenredo. Veía algo odioso en el patrón ineludible de cada aventura amorosa. La parábola convencional -el cariño, el roce de las manos, el beso, el beso apasionado, el contacto de los cuerpos, el clímax en la cama, después más cama, después menos cama, después el aburrimiento, las lágrimas y al final la amargura- le resultaba vergonzosa e hipócrita.

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04. Bond pensó que era la playa más hermosa que había visto en su vida, ocho kilómetros de arenas blancas que descendían con suavidad hasta la rompiente y, detrás, las palmeras marchando en grácil desorden hasta el horizonte. Bajo ellas, las canoas grises se encontraban sobre la arena junto a pequeñas montañas de conchas vacías color rosa, y entre ellas se elevaba el humo de las cabañas con tejado de palmas de los pescadores, en la zona sombreada que mediaba entre las marismas y el mar.

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05. Los dieciocho hombres, maestros todos de la conspiración, la comunicación secreta, la acción clandestina en sus niveles más refinados y, por encima de todo, del silencio, compartían además una virtud suprema: todos tenían una sólida cobertura. Todos estaban en posesión de un pasaporte válido, con visados al día para los principales países del mundo, y de unos antecedentes inmaculadamente limpios tanto para la Interpol como para las fuerzas policiales de sus respectivos países. Este factor por sí solo, la absoluta limpieza de antecedentes después de toda una vida dedicada al crimen, era el requisito más importante para ser miembro de Spectra.

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06. Hay un Libro Bueno acerca de la bondad y cómo ser bueno; pero no existe ningún Libro Malo sobre la maldad y cómo ser malo. El Diablo no tiene profetas que le escriban los diez mandamientos, ni ningún equipo de autores que le redacten su biografía, todo lo ha tenido que hacer por defecto. Todo lo que sabemos acerca de él son los muchos cuentos que nos han explicado nuestros padres y maestros. El Diablo no tiene un libro en el cual podamos aprender la naturaleza del mal en todas sus formas, con parábolas sobre gente mala, proverbios sobre gente mala, folklore sobre gente mala. Lo único que tenemos es el ejemplo viviente de las personas que son menos buenas, o nuestra intuición.

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Ian Fleming

Ian Fleming
  • 28 de mayo de 1908
  • Mayfair, Gran Londres, Inglaterra
  • 12 de agosto de 1964
  • Canterbury, Kent, Inglaterra

Escritor, novelista, periodista y militar de inteligencia naval inglés, creador de una serie de novelas de espionaje que protagoniza el famoso agente secreto "James Bond".

Sobre Ian Fleming

Ian Fleming nace en el seno de una familia adinerada, de padre miembro del parlamento de Henley (1910-1917), Valentine Fleming y madre Evelyn St.

Croix Fleming.

En 1914 ingresó en el colegio "Durnford School" (Isla de Purbeck, condado de Dorset) y luego en la escuela secundaria "Colegio Eton" (1921) y en la Real Academia Militar de Sandhurst.

Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), su padre se integró al Escuadrón C del ejército inglés y murió en combate con el rango de Mayor en 1917.

A mediados de 1917, Ian Fleming cursó estudios en la ciudad austríaca de Kitzbühel (Tirol, Austria) y en la universidad de Múnich (Alemania) y de vuelta en Inglaterra comenzó a trabajar como periodista para la agencia de noticias "Reuters".

En 1939, poco antes de comenzar la segunda guerra mundial, el director de la División de Inteligencia Naval (NID) de la Marina Real (Royal Navy), lo reclutó como asistente con el nombre clave "17F", luego como lugarteniente, y finalmente como comandante.

En 1942 formó parte de una unidad especial conocida como "comando 30" o "Unidad de asalto 30" (30AU), integrada por tropas especializadas en inteligencia, teniendo como objetivo apoderarse de documentos enemigos.

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, volvió a trabar como periodista en el grupo de periódicos Kemsley, que a su vez era propiedad del "The Sunday Times".

Su trabajo como asistente en los servicios secretos le permitió imbuirse del ambiente que se respira en sus novelas de espionaje y le dio material para comenzar a escribir una serie de novelas de espionaje protagonizadas por el agente secreto 007, James Bond.

En 1953 publicó "Casino Royale", la primera novela de James Bond, y un años después "Vive y deja morir" (1954), con gran éxito ambas.

Durante la década de 1950 tuvieron tanto éxito sus novelas que le permitieron dedicarse exclusivamente a escribir, retirándose a una casa confortable en Jamaica.

Gran fumador y bebedor durante toda su vida adulta y padeciendo problemas cardíacos desde temprana edad, murió de una crisis cardiaca en Canterbury (Kent, Inglaterra) a la edad de 56 años.

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