01. La muerte, para mí es quizás un himno.
02. Te he buscado para saber quién soy, y yo no sé quién soy.
03. La oscura esfera de lo oscuro ha inundado mi ámbito y se cierra como el beso de dos cúpulas.
04. Sólo sirve el alma haciendo cuerpo y el cuerpo haciendo alma. ¡Fuera el Lexotanil! Ciao bambino...
05. Sudo me acuerpo miro hacia el vértigo y trato de no mirar. Asciendo, asciendo hacia la flor Y cuando allí está la arranco y la guardo en mi bolsillo como esperanza, luego viene el descenso ¿Quién se merece la flor? ¿Qué hombre la merece?
06. (...) Desciende, desciende a estos intersticios colma este cántaro riega la flor que innumerable se teje entre mi traje.
07. (...) Y los hombres poetas deben ser femeninos. Y las mujeres poetas deben ser masculinas y esta es ley de Dios, ley sagrada.
08. Soy sólo hoy un pedazo de luna el rasgo de una playa el arañazo de un gato el beso de uno que se creía violento y a quien mordí.
09. Se fuga el animal, se hunde un diálogo en la noche se entibian las razones el horno se enfría quedan manchas, huellas de la cena.
10. La fiesta se ha apagado, las luces del teatro ya no existen, estoy en la nada del circo no queda sino un traje raído cansado descolorido.
11. Entre mis telas se traza el balancín, el columpio, la risa mientras nos lanzamos al viento y los velos se avuelan y los cuerpos se acuerpan.
12. Quiero hablar también de mi ignorancia, pero no sé cuál es el hilo de mi ignorancia, no sé si soy sabia, no sé si soy ignorante, ando por el mundo recibiendo, aportando y nada más.