01. El ojo mira hondamente al horizonte que la verticalidad ignora.
02. Me colmas como la sangre en la herida fresca derramándote en su oscura huella.
03. Las estrellas hacen guardia sobre los besos.
04. Días que se queman lentamente, conjuro antiguo, encantamiento, los dioses sostienen la balanza durante una hora titubeante.
05. Sólo hay un encuentro: conjurar místicamente las cosas mediante la palabra.
06. Lira neurótica, pálida hiperemia, velos de presión sanguínea por medio de cafeína, nadie puede medir esto: lo siguiente, el eterno olvido entre el tú y el yo.
07. Otra vez lo que se anhela, el éxtasis, el tú hecho de rosas...
08. ¿Quién te bebe así y quién te reconoció en tu eternidad de placer y tristeza? ¿Esperas al dios? Espérame.
09. Mira: Venus con sus palomas se hace un cinturón de rosas en torno a la puerta de amor de las caderas.
10. ¿Han amado alguna vez (fuera de la cama) ardiendo, consumidos, sedientos de desierto, después de un zumo de melocotón que viene de una boca lejana, sucumbiendo, ahogándose en la incompatibilidad de las almas?
11. Entre tormentas ajenas, te das y te recibes a ti mismo.