01. Soy de una torpeza incalculable.
02. Los recuerdos olvidados hacen daño.
03. A veces crees ver una salida, y corres como una loca, para darte, al final, de narices contra el muro. No hay tal salida. No hay más que aguantar y salir adelante, aunque sea volviendo atrás. Y todo porque nadie puede arreglársela solo.
04. Yo no te quiero para ser feliz contigo. Nadie es feliz, y nosotros no lo seremos nunca, ni juntos ni separados. No se trata de eso... Ya que hay que sufrir, mejor es sufrir con alguien y consolarse en compañía. Tampoco se puede ser bueno a solas.
05. Lo que parece una decisión, no lo es. O lo es negativamente. O lo es sin elección. Pienso que se elige cuando varias cosas atraen en mayor o menor medida, y se toma una de ellas, renunciando a las demás.
06. Un hombre vale en relación directa del número de mujeres con las que se ha acostado, y deja de valer en razón directa de los cuernos que le han puesto.
07. ¿Es posible que haya alguna vez querido esto? Lo había querido, lo había acariciado, hubiera hecho cualquier cosa por realizarlo, y ahora le avergonzaba. ¡He cambiado mucho, no sé por qué!
08. A las mujeres no hay quien las entienda. Lo pasábamos tan bien, y de pronto, una mañana, cuando me desperté, no estaba. La esperé todo el día y toda la noche y no volvió.
09. Para que una mujer guste tiene que haber un mínimo de carne; el gusto entra por los ojos, pero también por los dedos.
10. Yo también he sufrido, y entonces me hubiera gustado tener a mano alguien a quien hablar. Es malo tragárselo todo. Es como una comida fuerte. Hace daño.
11. Necesitaba convencerse de que no había actuado con altanería, necesitaba absolverse, perdonarse. Sólo así podría recobrar la seguridad interior, tan difícilmente alcanzada.
12. Hablaba, sí, con las palabras que él había usado durante años enteros de predicación; era como si sus propias palabras rebotasen y le fuesen devueltas.