01. Yo, amor, he aprendido a coser con tu nombre, voy juntando mis días, mis minutos, mis horas con tu hilo de letras.
02. Uno se pregunta si el amor tendrá edad, si el tiempo sera tan implacable como los espejos.
03. Dame la ternura desde el sueño, dame ese cucurucho de sorbete que tenéis en la sonrisa, dame esa lenta caricia de tu mano. Yo te daré pájaros que cantaran tu nombre desde lo más alto de los arboles.
04. La experiencia de la vida es la pasión de beberla hasta la embriaguez profunda, cantar, bailar, decir versos hermosos y luego dormir.
05. No me arredran las lanzas, la mentira me asquea, lucho hasta la locura por las cosas que creo. Acepto, soy ingenua.
06. Estamos solos y sin embargo la soledad no existe. Si juntamos las manos encenderemos el fuego imprescindible para vernos los ojos brillantes del deseo.
07. Todas las profecías cuentan que el hombre creará su propia destrucción. Pero los siglos y la vida que siempre se renueva engendraron también una generación de amadores y soñadores; hombres y mujeres que no soñaron con la destrucción del mundo, sino con la construcción del mundo de las mariposas y los ruiseñores.
08. Froto mi corazón para traerte entero hacia mí, así tal como sos, como te amo, con todas tus queridas palabras tus rabias, tus silencios inquietantes, la dulzura que descubrí como inagotable panal de miel para empalagarme y llorar de alegría contra tu sombra dormida en la almohada de la noche.
09. La solidaridad es la ternura de los pueblos.
10. Sola yo, amor, y vos quién sabe dónde; tu recuerdo me mece como al maíz el viento y te traigo en el tiempo, recorro los caminos, me río a carcajadas y somos los dos juntos otra vez, junto al agua.
11. Dime que no me conformarás nunca, ni me darás la felicidad de la resignación, sino la felicidad que duele de los elegidos, los que pueden abarcar el mar y el cielo con sus ojos y llevar el Universo dentro de sus cuerpos.
12. Tu piel me atrae con la gravedad de todo el cosmos que afuera sufre su negra eternidad impenetrable.