01. El amor es un combate perdido de antemano.
02. Efectivamente, la vida siempre tiene la última palabra.
03. Me declaro culpable, para dejar de sentirme culpable.
04. El amor se acaba cuando es imposible volver atrás.
05. El futuro es el hombro desnudo de una desconocida.
06. La sociedad en la que hemos nacido se fundamenta en el egoísmo. Los sociólogos lo llaman individualismo, aunque existe una palabra más simple: vivimos en la sociedad de la soledad. Ya no hay familias, ya no hay pueblos, ya no hay Dios. Nuestros antepasados nos han liberado de todas estas opresiones y en lugar de eso han encendido la televisión. Estamos abandonados a nosotros mismos, incapaces de interesarnos por nada excepto por nuestro propio ombligo.
07. Todas mis preocupaciones nacen de mi incapacidad pueril por renunciar a la novedad, de una necesidad enfermiza de ceder a la atracción de mil posibilidades increíbles que ofrece el porvenir. Es increíble cómo me excita mucho más lo que no conozco que lo que ya conozco. ¿Acaso soy anormal? ¿Acaso no prefieres un libro que no has leído, ver una obra de teatro que no te sabes de memoria, elegir a cualquier presidente antes que el que ya gobernaba antes?
08. Todo está por rehacer. Hay que reorganizarlo todo en esta sociedad. Actualmente los que tienen dinero no tienen tiempo, y los que tienen tiempo no tienen dinero. Librarse del trabajo es tan difícil como librarse del paro. El ocioso es el enemigo público número uno. Se ata a las personas con el dinero: sacrifican su libertad para pagar sus impuestos. No hay que andarse con rodeos: el reto del próximo siglo consistirá en suprimir la dictadura de la empresa.
09. Nadie quiere ofreceros nada que pueda correr el riesgo de no gustaros. Así se mata la innovación, la originalidad, la creatividad, la rebelión. Todo el resto es una consecuencia de lo anterior. Nuestras existencias clonadas... Nuestro sonámbulo embobamiento... El aislamiento de las personas... La fealdad universal anestesiada... No, no se trata de una reunión cualquiera. Es el fin del mundo en marcha. No se puede obedecer y transformar el mundo al mismo tiempo. Un día, en las escuelas se estudiará de qué modo la democracia se autodestruyó.
10. En líneas generales, su idea consistía en destruir los bosques y reemplazarlos por coches. No se trataba de un proyecto consciente y meditado; era mucho peor. No tenían ni idea de hacia dónde se dirigían, pero continuaban como si tal cosa -después de ellos, el diluvio (o mejor dicho, las lluvias ácidas)-. Por primera vez en la historia del planeta Tierra, los humanos de todos los países tenían el mismo objetivo: ganar el suficiente dinero para poderse parecer a un anuncio. El resto era secundario, ellos no estarían aquí para sufrir las consecuencias.
11. Cada mañana consultas cuatro tipos de mensajerías: el contestador automático de tu domicilio, el de tu despacho, el buzón de voz de tu teléfono móvil y los e-mails de tu iMac. Sólo el buzón de tu casa permanece desesperadamente vacío. Ya no recibes cartas de amor. No recibirás nunca más hojas de papel cubiertas con una tímida caligrafía e impregnadas de lágrimas y perfumadas de amor y dobladas con emoción, con la dirección cuidadosamente copiada en el sobre, como una imprecación para el cartero: "no te pierdas por el camino, oh cartero, lleva esta importante misiva a su tan deseado destino".
12. Nuestra generación tiene una pésima educación en el terreno sexual. Creemos saberlo todo, porque vivimos bombardeados por pelis porno y porque nuestros padres han hecho su llamémosle revolución sexual. Pero todo el mundo sabe que la revolución sexual nunca tuvo lugar. En el sexo, al igual que el matrimonio, nada se ha movido ni un milímetro desde hace un siglo. Nos acercamos al año 2000 y las costumbres son las mismas que el XIX, y algo menos modernas que en el XVIII. Los tíos son machistas, torpes, tímidos, y las chicas son púdicas, reacias, acomplejadas por la idea de que las tomen por ninfómanas. La prueba de que nuestra generación es sexualmente nula es el éxito de los programas que hablan de sexo en la radio y la televisión, el ínfimo porcentaje de jóvenes que se ponen preservativo para hacer el amor. Esto confirma que son incapaces de hablar del tema con normalidad.