02. Hasta una pluma que vuela puede dibujar tu figura, o el rayo que juega al escondite entre los muebles, o el guiño del espejo de un niño, desde los tejados.
03. (..) Unos instantes han quemado todo de nosotros: salvo dos rostros, dos máscaras donde se graba una sonrisa desganada.las palabras entre nosotros caen suaves.
05. Tú no recuerdas la casa de los aduaneros sobre el barranco profundo de la escollera: desolada te espera desde la noche en que entró allí el enjambre de tus pensamientos y se detuvo inquieto.
Ensayista, poeta y crítico de música italiano que enriqueció con una voz inconfundible al simbolismo y decadentismo.
Sobre Eugenio Montale
Montale nació en una familia de comerciantes de productos químicos, en la ciudad italiana de Génova.
Durante su niñez tuvo problemas de salud que lo obligaron a abandonar sus estudios, quedando al cuidado de su hermana Mariana.
Más tarde retoma sus estudios, tomando clases de canto, una afición que Eugenio Montale conservó toda su vida.
Obtuvo el título de contador, mientras leía ávidamente a los simbolistas franceses.
En 1914 es convocado a las armas, interviniendo en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), alcanzando el rango de oficial en el ejército.
Terminada la guerra se relaciona con los círculos literarios de Génova y Turín, llegando a participar en la fundación de la revista "Primo tempo", muy influyente pese a que sólo se publicaron ocho números.
En 1925, Eugenio Montale firma el manifiesto de los intelectuales antifascistas inspirado por Croce y publica un ensayo sobre la valorización de la obra de Italo Svevo, considerado por la crítica como punto de referencia inevitable en la historia de la literatura italiana contemporánea.
En 1929 es nombrado director del prestigioso "Gabinete Vieusseux", una de las bibliotecas y archivos más interesantes de su tiempo.
En 1939, Montale es separado y despedido del Instituto, por su negativa a afiliarse al Partido Fascista.
Después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), se muda a Milán y se emplea como crítico musical en los diarios "Corriere d'Informazione" y "Corriere de la Sera".
La Universidad de Milán le otorga el doctorado honoris causa y unos años más tarde, el presidente italiano Giuseppe Saragat lo nombra senador vitalicio.
En 1975, Eugenio Montale recibe el Premio Nobel de Literatura.