01. Felicidad lograda, caminamos por ti sobre un filo de espada.
02. ¡Oh! si en las horas que se hunden lentas, murientes con el sol, también a ti los vientos te pulsaran, olvidado instrumento, ¡Corazón!
03. Agradable noticia, sentirse al mismo tiempo maestro e inspirador.
04. Cuando el tiempo se atasca en sus rompeolas, tu acaso al suyo inmenso reconcilias, y afloras más precisa, memoria, de la oscura región donde bajabas, como ahora al escampar se espesa el verde en los ramajes, el bermejo en los muros.
05. Frecuentemente hallé el dolor: vivir era el riachuelo estertoroso, agónico; la llama retorciéndose en la pira; el cabello en la ruta, inútil, roto.
06. Si llegas a las almas invadidas de tristeza, iluminándolas, tu mañana es dulce y turbadora como nidos en las molduras.
07. Si tiene el mundo la forma del lenguaje y el lenguaje la forma de la mente, la mente son sus plenos y vacíos no es nada o casi y no puede salvarnos.
08. Hoy como entonces ante ti permanezco inmóvil, mar, mas no me creo digno ya de la solemne admonición de tu aliento.
09. Ser enorme y diverso y fijo al mismo tiempo, para librarme así de toda suciedad, como tú cuando arrojas a tus playas entre estrellas de mar, corchos y algas las inútiles sobras de tu abismo.
10. Ninguna presencia podrá turbar esta alegría que me traes otra vez, encanto regenerador que detiene el tiempo.
11. Hoy sólo podemos decirte aquello que no somos, aquello que no queremos.
12. Bien lo sé: arder, este y no otro, es mi significado.