Frases de Eugenio Espejo

01. Ellos tienen la reputación de bello espíritu sin tener el mérito ni el carácter...

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02. La ciudad no consiste en las casas, los pórticos, ni las plazas públicas: los hombres son los que la forman.

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03. La razón es una antorcha que alumbra todo ser espiritual, que da colorido e ilumina a las operaciones del alma.

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04. Es propio de un espíritu fuerte profundizar los asuntos que trata, y no dejarse sorprender por las apariencias.

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05. Siempre será el motivo de las admiraciones del mundo, y el de sus perennes bendiciones al cielo, ver que una pluma sea el intérprete fidelísimo de los pensamientos más escondidos de un hombre.

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06. Hay en el corazón humano ciertas semillas de probidad que el bien público las desarrolla, el amor a la patria las fertiliza, y las hace fructificar la ocasión de coyuntura de mirar por su adelantamiento y felicidad.

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07. Por acaso se oye proferir a algunos como un oráculo misterioso la siguiente proposición: El bien común prefiere al particular. Pero en la práctica nada se ve tan comúnmente sino6 que el interés del público es sacrificado al interés del individuo.

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08. Un verdadero bello espíritu piensa más en las cosas que en las palabras; con todo, no desdeña los adornos del lenguaje, pero tampoco los solicita. La delicadeza de su estilo no disminuyen la fuerza; y se le podría comparar a aquellos soldados de César, que aunque estaban perfumados y atentos a su adorno, no dejaban de ser valientes y de combatir bien...

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09. La lástima fue que ignorábamos verdaderamente el alma de la poesía, que consiste en la naturalidad, moderación y hermosura de imágenes vivas y afectos bien explicados; y, aunque decorábamos a Horacio, Virgilio y Lucano, este último nos arrebataba con su fuego, con el que verdaderamente era un horno, dirélo así, nuestra incauta y mal acostumbrada imaginación.

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10. El buen juicio, del cual hablo, es de una especie diferente; él es alegre, vivo, lleno de fuego...El procede de una inteligencia recta y luminosa, de una imaginación limpia y agradable. Este justo temperamento del a vivacidad y del buen juicio, hace que, siendo el espíritu sutil, no sea evaporado; que él brille, pero que no brille demasiado, que conciba prontamente todo, y que de todo juzgue sanamente.

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11. A la verdad, ignoramos que todos más, o menos según nuestras condiciones nos vemos necesitados a cultivar los conocimientos políticos; cuando menos los más comunes principios del Derecho Público. Si los supiésemos, veríamos ya que todo ciudadano, estando obligado a solicitar, como ya hemos dicho, la felicidad del Estado, penetra, que aquella consiste en que éste se vea (si puedo explicarme así) cargado de una numerosísima población; porque el esplendor, fuerza, y poder de los pueblos, y por consiguiente de todo un reino, están pendientes de la innumerable muchedumbre de individuos racionales que le sirvan con utilidad: y que por una consecuencia inevitable el promover los recursos de la propagación del género humano, con los auxilios de su permanencia ilesa, es, y debe ser el objeto de todo Patriota.

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Eugenio Espejo

Eugenio Espejo
  • 21 de febrero de 1747
  • Quito, Pichincha, Ecuador
  • 27 de diciembre de 1795
  • Quito, Pichincha, Ecuador

Científico, médico, escritor, abogado, periodista, pensador y patriota ecuatoriano de gran influencia en el proceso político ecuatoriano de independencia.

Sobre Eugenio Espejo

Eugenio Espejo nació en el seno de una familia humilde, de padre Luis Chuzig, un indígena oriundo de Cajamarca, y de María Catalina Aldás, mujer mulata nacida de una esclava liberta que contaba con ascendientes vasconavarros.

En 1762 se graduó de bachiller y maestro de filosofía en el colegio jesuita de San Gregorio e ingreso en la Universidad de Santo Tomás para estudiar medicina, obteniendo el doctorado en 1767.

En 1770 se doctoró también en jurisprudencia y derecho canónico, siendo este un periodo donde su espíritu pulió el estilo sarcástico, vibrante y virulento que lo caracterizaría.

En 1772 Eugenio Espejo empezó a ejercer la medicina en Quito, e inició su carrera como escritor y periodista, promoviendo la igualdad de todos los ciudadanos y planteando por primera vez los derechos de la mujer.

En 1785 el Cabildo de Quito le solicitó la redacción de un método para prevenir las viruelas, publicando la obra "Reflexiones acerca de un método para preservar a los pueblos de las viruelas", el cual se convertiría en el primer texto científico que refería la existencia de microorganismos y que definiría como política de salud conceptos básicos en la actualidad.

En 1787 Eugenio Espejo fue encarcelado por primera vez debido a sus fuertes críticas al poder imperante, pero los cargos resultaron carentes de pruebas y quedó libre poco tiempo después, exiliándose voluntariamente a Colombia.

De vuelta en Ecuador, en 1792 editó primer periódico que se publicó en Quito, "Primicias de la cultura de Quito", un símbolo de los comienzos del periodismo y la opinión pública ecuatoriana.

Por el temor que significaba para la Corona española sus publicaciones, fue acusado de subversión y encarcelado hasta 1795, cuando murió enfermo poco tiempo después de ser liberado.

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