01. Algunos confunden no tener tabúes con no tener principios.
02. El consumismo tiene una fuerte raíz en la publicidad masiva y en la oferta bombardeante que nos crea falsas necesidades.
03. En este final de siglo, la enfermedad de Occidente es la de la abundancia: Tener todo lo material y haber reducido al mínimo lo espiritual.
04. La felicidad no es posible sin el amor.
05. Es grande ver a un hombre crecerse ante el fracaso y que empieza de nuevo.
06. Hay que tener mucha personalidad y un entorno en donde uno se pueda sentir arropado para no dejarse llevar por la corriente de la moda.
07. La felicidad es la máxima aspiración del hombre, hacia la que apuntan todos los vectores de su conducta, pero si queremos conseguirla, debemos buscarla. Además, la felicidad no supone un hallazgo al final de la existencia, sino a través de su recorrido.
08. La verdad no puede ser sometida a consenso.
09. Un hombre hedonista, permisivo, consumista y relativista, no tiene referentes ni puntos de apoyo, y acaba no sabiendo a dónde va, envilecido, rebajado...Convertido en un objeto que va y viene, que se mueve en todas las direcciones, pero sin saber adónde se dirige. Un hombre que en vez de ser brújula, es veleta.
10. Mejorar no es otra cosa que repetir actos positivos, buenos, esforzándose, yendo contracorriente, negando el capricho del momento o lo que apetece. Hacer esto cuesta, pero así se va fraguando la persona sólida, en la adquisición de hábitos que buscan lo mejor, aunque eso implique la renuncia y la negación.
11. La felicidad no consiste en vivir bien y tener un excelente nivel de vida, sino en saber vivir. Es frecuente captar esto cuando la vida se acaba.
12. La felicidad es estar haciendo algo grande con la vida, algo que la llene y que vaya más allá de los propios intereses.