01. Entrenar la mente es el objetivo de los próximos 20 años: una vez que hemos aprendido a cuidar nuestro cuerpo, hay que hacer lo mismo con la razón. Pensar no es suficiente. Ni siquiera positivamente. Hay que hacer algo para calmarla
02. Cualquier pensamiento, cualquier sentimiento va moldeando el cerebro. Si tienes siempre los mismos, tendrás unos caminos sistematizados. Por eso a la gente le cuesta tanto cambiar. La gestión emocional es una llave de libertad.
03. (...) Aprender a comunicarnos también es clave para expresarnos con eficacia, para trasladar al otro nuestras necesidades auténticas, para no perdernos en palabras planas, malentendidos o banalidades.
04. La rutina hace que la vida siga igual, el cambio está en nosotros mismos, está en nuestras manos cambiar el continuo día a día.
05. No somos islas. Estamos a medio camino entre seres individuales y sociales. Los demás pesan enormemente en nuestras vidas. Somos una especie eminentemente social y, por tanto, interdependiente.
06. Los humanos vivimos en un constante equilibrio entre la estabilidad y la creatividad y cambiar las cosas nunca es cómodo, aunque es un reto constante y necesario.
07. Casi toda nuestra mente es inconsciente. Tenemos que aprender a comunicarnos con esa parte misteriosa de nuestra mente con su propio lenguaje, y los símbolos nos ayudan a eso.
08. Cuando comprendemos y reconocemos las señales de las fuerzas que nos arrastran, pasamos de ser esclavos a ser dueños de nuestras emociones.
09. Y a medida que le fui perdiendo el miedo, me fijé en detalles de su vida que despertaron mi curiosidad.
10. Cuando uno está seguro de lo que siente, lo expresa con contundencia y así es más fácil convencer a los demás.
11. Se puede cambiar, tenemos capacidad de sobreponernos a los obstáculos y adaptarnos a un mundo cada vez más rápido.
12. La neurociencia nos está mostrando hasta qué punto no podemos separar razón y emoción, es decir, que tenemos un cerebro emocional que necesita que lo cuidemos... ¡Y que es entrenable! Esa es una llave de libertad enorme para las personas. Puedes entrenar cualidades como la concentración, la compasión, la alegría, la creatividad... ¡Exactamente igual que entrenas tu cuerpo físico! Y además, empezamos a comprender como nunca antes que lo mental y lo físico están interconectados.