01. Este silencio, blanco, ilimitado, este silencio del mar tranquilo, inmóvil.
02. Niña y muchacha y joven ya mujer, tú todas, colman mi corazón, y en paz las amo.
03. Y yo ciego de mí te acepto a ciegas del esplendor terrible de tu llama tan frágil y menuda entre mis brazos.
04. Decido hacer mi testamento. Es este: les dejo el tiempo, todo el tiempo.
05. La muerte es ese amigo que aparece en las fotografías de la familia, discretamente a un lado, y al que nadie acertó nunca a reconocer.
06. Por ti no pasa nunca el tiempo.
07. Como quien toca con un dedo la punta fría del agua, mareándose de sólo su transparencia demasiada, me he puesto yo a mirar el no ser infinito que me aguarda.
08. Y sin embargo, ves, me aferro al lunes y al día siguiente doy el nombre tuyo y con la punta del cigarro escribo en plena oscuridad: aquí he vivido.
09. Quién sabe cómo fue ni cuándo y dónde me dijiste que sí, que me entregabas el huerto de ti misma, paraíso de magias y delicias y qué glorias.
10. Un poema no es más que la felicidad, que una conversación en la penumbra, que todo cuanto se ha ido, y ya es silencio.
11. Qué poco todo, mi amor, y cómo es corta la esperanza, cuando venimos a verla ya se nos acaba y están los hijos corriendo más allá de la mañana.
12. Pero quién vio jamás el ruedo misterioso de tu falda mientras cortas las rosas en la tarde ni el roce y la tristeza de la lluvia como un ajeno llanto por mi cara.