01. No tengo nada en contra de las personas que aman la verdad, salvo el hecho de que resultan ser una compañía tediosa.
02. Ella no me llamaba nada, no lo necesitaba porque yo siempre estaba ahí, sólo se necesitan nombres para los que están ausentes.
03. Cuando una hora más tarde fue a darle un beso, se quedó contemplando su rostro dormido. ¿De verdad era su hijo? Los niños cambian tan deprisa.
04. Un nacimiento no es, en realidad, una introducción. Nuestra vida, cuando empieza, no es realmente nuestra, si no la continuación de la historia de otro.
05. El silencio no es el entorno natural para las historias. Las historias necesitan palabras. Sin ellas palidecen, enferman y mueren. Y luego te persiguen.
06. Todos tenemos nuestras aflicciones, y si bien el perfil, el peso y el tamaño del dolor son diferentes para cada persona, el color del dolor es el mismo para todos.
07. Unas veces le sobrevenían los recuerdos felices, otros los desgraciados. Ambos le hacían llorar, pero no por mucho tiempo: su trabajo era agotador y no podía evitar quedarse dormida.
08. En la superficie, era todo efervescencia y actividad; por dentro, avanzaba por la vida como si hubiera descubierto que el suelo que pisaba estaba lleno de socavones y de un momento a otro podía ceder bajo su peso.
09. Mucha gente dedica demasiado tiempo a preocuparse por asuntos que no está en su mano modificar. Si concentrasen toda esa energía en cosas sobre las que sí pueden ejercer influencia, sus vidas serían bien distintas.
10. Todo el mundo tiene una historia. Es como la familia. Quizá no la conozca, quizá la haya perdido, pero así y todo existe. Puede alejarse de ella o darle la espalda, pero no puede decir que no tiene. Lo mismo sucede con las historias.
11. Todos los niños mitifican su nacimiento. Es un rasgo universal. ¿Quieres conocer a alguien? ¿Su corazón, su mente, su alma? Pídele que te hable de cuando nació. Lo que te cuente no será la verdad: será una historia. Y nada es tan revelador como una historia.
12. En cierta manera podríamos considerar a las gemelas dos hermanas que se han repartido un conjunto de características. Mientras que una persona sana y normal experimenta todo un abanico de emociones diferentes y muestra una extensa variedad de comportamientos, podría decirse que las gemelas han dividido ese abanico de emociones y comportamientos en dos y cada una ha asimilado una parte.