01. No arrepentirse ni hacer reproches a los demás, son los pasos de la sabiduría.
02. Los médicos trabajan para conservarnos la salud, y los cocineros para destruirla, pero estos últimos están más seguros de lograr su intento.
03. La ignorancia está menos lejos de la verdad que el prejuicio.
04. El que te habla de los defectos de los demás, con los demás hablará de los tuyos.
05. La indiferencia hace sabios y la insensibilidad monstruos.
06. El mártir espera la muerte; el fanático corre a buscarla.
07. Del fanatismo a la barbarie sólo media un paso.
08. Cuando caía la noche, él mismo introducía por la puerta de la calle a mujeres de toda condición, y en las estancias abaciales tenían lugar los más exquisitos banquetes. Como Hudson confesaba, había corrompido a todas aquellas parroquianas que merecían la pena. Entre ellas había una joven pastelera que escandalizaba al barrio con su coquetería y desenfado; Hudson, que no podía visitarla en su casa, la encerró en su serrallo. Esa especie de rapto levantó las sospechas de los padres y del marido. Fueron a visitarle. Hudson les recibió con aspecto consternado. Mientras aquella pobre gente exponía el problema, sonó la campana; eran las seis de la tarde: Hudson requirió silencio, se quitó el bonete, se levantó, se persignó con gestos ampulosos y recitó con tonos dulces y místicos: "Angelus Domini nuntiavit Mariae...". Al bajar por la escalera, hacia la salida, el padre y los hermanos de la pastelera, avergonzados de sus sospechas, le decían al marido: Hijo, eres un bobo... ¿No te da vergüenza? ¡Cómo rezaba el Angelus! ¡Es un santo!
09. Decir que el hombre es una mezcla de fuerza y de debilidad, de luz y de ceguera, no es hacer su proceso: es definirlo.
10. Todas las ciencias abstractas no son sino el estudio de las relaciones entre los signos.
11. El trabajo tiene, entre otras ventajas, la de acortar los días y prolongar la vida.
12. La buena música es muy parecida a la lengua primitiva.