01. Un placer no perecedero, un placer que se instale en la cotidianeidad, desaparece, se hace inexistente. Toda actividad sexual, en lo mejor se acaba. Todos lo sabemos, pero lo mismo nuestra energía durante el sexo se encamina implacable hacia su destrucción. El orgasmo es una categórica válvula de escape que nos coloca en una realidad, que nos muestra que la acumulación infinita no es aceptada por la naturaleza, que las leyes de la cantidad exigen la escasez.
02. El arte es causa y consecuencia de la memoria. Pensemos en la comida, por ejemplo. La comida es nada más que un combustible que mantiene en movimiento la maquinaria de nuestro cuerpo. Es una fuente de energía que aporta el número de calorías necesarias y algunos elementos más. El hombre no se contentó con eso. Apenas descubrió los matices que la combinación de los sabores podrían producir, le dedicó un enorme porcentaje de su energía al placer de comer por el placer en sí.
03. El deseo, hoy en día, es el soporte fundamental de la seducción. La persona que no desea carece totalmente de atracción. Al nutrirse de conocimientos, el ser humano amplió enormemente su abanico de deseos. Al mismo tiempo la tecnología le permite volver a ser nómade, un nómade distinto, un nómade quieto que ve pasar el mundo por la pantalla del televisor. Ese nómade que antes se ganaba la geografía mientras su caballo pisoteaba la historia, ahora es un amable testigo que sueña con ser protagonista.
04. (...) Como en el judo, el contrincante es y no es un contrincante, el que avanza en el camino del judo lucha contra un adversario porque sabe que la vida es lucha, pero el fin no es vencer a ese adversario, el fin es vencer y ser vencido por uno mismo, porque el adversario es uno mismo, y cuando tratamos de descolocarlo aplicando nuestra enerva en alguna parte de su cuerpo, somos conscientes de que nuestra enerva existe gracias a su energía aplicada en sentido contrario a la nuestra, y que cuando uno de los dos sale proyectado en el aire, proyectar, proyectarse o ser proyectado resulta una misma cosa.