01. La belleza es objeto de mayores tragedias que la fealdad.
02. El anhelo de libertad agudiza el ingenio.
03. No se puede renegar del destino que nos está dado.
04. Comenzaba a comprender que en la observación paciente de los seres radica la sabiduría respecto a ellos. Tarde o temprano la verdad asoma tras sus gestos, sus miradas, o simplemente tras los hechos que cometen cuando se creen solos, a salvo de los demás.
05. Tomó mi mano entre las suyas y las besó. Me estremecí al sentir de nuevo el peso de sus labios. Echó a andar callejón abajo. Contemplé su figura hasta que se deshizo entre las sombras. Entonces comencé a llorar, mientras el perfume de los dondiegos me envenenaba el pecho para siempre.
06. Ese mar no creció. Tampoco crecieron los marineros, pero sí lo hizo Manuela al calor de los cuentos, con la imaginación llena de espuma y de olas, de gaviotas y acantilados que los montes y encinares nunca supieron comprender.
07. De una mujer con el don de la muerte nacerá una niña con el don de la vida. Ella abrirá las puertas del presente eterno cuando sean a un tiempo las cuatro estaciones del mundo, y en sus manos florecerá el medicamento celeste.
08. Soy de la opinión que un escritor refleja en sus textos aquello que lee, y que nos gusta, claro. Todo lo que me ha marcado y me ha hecho disfrutar está ahí, el poso como lector se refleja en el escritor.
09. El aprendizaje del dolor es un arte que nunca se olvida: marca el corazón como herrero con el fuego de su fragua, y el hierro que un día quemó toda bondad deja serpiente en cicatriz negruzca.
10. Siempre quise escribir. Yo no sabía si iba a poder publicar o no, pero lo que sí sabía era que primero no podía vivir sin leer y segundo, sin escribir.
11. El destino juega con la vida de los hombres, los separa para reunirlos de nuevo cuando se le antoja y en el lugar más insospechado.
12. Mi receta mágica es el trabajo, el esfuerzo, éste abre las puertas de la imaginación y la historia con sus personajes cobra vida.