01. La satisfacción personal nunca va unida a lo que le gusta al público o a los productores. A mí me ha gustado muchísimo hacer comedia musical porque soy bailarina, y digo que soy bailarina porque lo sigo siendo. Ser bailarina es como montar en bicicleta, nunca se te olvida.
02. [Sobre la vocación] ¡Es que es vocacional! No he querido ser otra cosa en mi vida; bueno, sí, madre, y lo he sido. Creo que he conseguido casi todo lo que me he propuesto en esta vida, sobre todo a nivel profesional, pero nunca dejaría de hacer teatro. Es maravilloso poder interpretar otras vidas.
03. [Sobre la etiqueta de actriz roja] No me molesta. Hombre, ¿Lo de roja es como peyorativo? Soy de izquierdas y no me avergüenza serlo. ¿Por qué? No me avergüenzo de nada de lo que he hecho, salvo si he causado daño a alguien. Como soy creyente, le pido perdón a Dios por ello, pero no me arrepiento de nada.
04. He utilizado todos los medios, cosa que no saben muchos. Sé que cuando tienes un micrófono hay que hablar bajito, que cuando estás en el teatro tienes que ser un poquito más exagerada para que te oigan todos los que están en el patio de butacas... Es menos importante que te tiñan el pelo o que te pinten una ceja que saber utilizar el medio para poder interpretar.
05. [Lo que debe tener un papel] Lo primero, me importa que me guste el texto, después el personaje, y luego que me guste el director y que me lleve bien con mis compañeros. En el cine y en la televisión llevarte mal con los compañeros da un poquito lo mismo porque es algo esporádico y momentáneo. En el teatro si no me llevo bien, si no admiro, si no estoy aprendiendo cada día de mi compañero y compañera, no puedo. Ir todos los días al teatro a llevarte mal es imposible para mí.