01. En toda Europa se extiende la fiebre de los nacionalismos municipales, el culto de las diversidades no amadas ya como expresiones concretas de lo universal-humano, sino idolatradas como valores absolutos y contrapuestos furiosamente cada uno a los demás.
02. Algunos soldados italianos se habían unido a los partisanos titistas, y bien pronto pudieron darse cuenta que el justo y orgulloso renacimiento de una nación oprimida por los fascistas estaba transformándose a su vez en feroz nacionalista opresivo.
03. Si la identidad es el producto de un querer, es la negación de sí misma, porque es el gesto de uno que quiere ser algo que evidentemente no es y por lo tanto quiere ser distinto de sí mismo, desnaturalizarse, mestizarse.
04. Las utopías revolucionarias son una levadura, que por sí sola no basta para hacer pan, contrariamente a lo que han creído muchos ideólogos, pero sin la cual no se hace pan. El mundo no puede ser redimido de una vez para siempre y cada generación tiene que empujar, como Sísifo, su propia piedra, para evitar que ésta se le eche encima aplastándole. La conciencia de estas cosas supone la entrada de la humanidad en la madurez espiritual.
05. Utopía significa no rendirse a las cosas tal como son y luchar por las cosas tal como debieran ser: saber que al mundo, como dice un verso de Brecht, le hace buena falta que lo cambien y lo rediman.
06. Tras las cosas tal como son hay también una promesa, la exigencia de cómo deberían ser; está la potencialidad de otra realidad, que empuje para salir a la luz, como la mariposa en la crisálida.
07. Es posible que escribir signifique rellenar los espacios blancos de la existencia, esa nada que se abre de repente en las horas y en los días, entre los objetos de la habitación, y los absorbe dejando una desolación y una insignificancia infinitas. El miedo, ha escrito Canetti, inventa nombres para distraerse; el viajero lee y anota nombre en las estaciones que deja atrás con su tren, en las esquinas de las calles adonde le llevan sus pasos, y avanza un poco aliviado, satisfecho por ese orden y ese ritmo de la nada.
08. El tiempo de la existencia compartida es un viaje que recorre y recupera continuamente, en su caminar, los lugares y los instantes de la propia odisea. ¿Hacer el amor con una mujer de sesenta años? , proclamaba una vez mi amigo Roberto en el café. Por favor, ni hablar. Pero –añadía, rectificando el interrogante retórico- Paola no tiene únicamente los sesenta años de hoy, también es la cuarentona, la treintañera, la veinticincoañera con la que he vivido mis días. Así que su edad media es joven y seguirá siéndolo mañana.
09. El gato no hace nada, simplemente es, como un rey. Está sentado, acurrucado, tumbado. Está persuadido, no espera nada y no depende de nadie, se basta... Es un dios de la hora, indiferente, inalcanzable.
10. En este remolino inextricable del deseo, nunca sublimado ni reprimido, coexisten y a menudo coinciden amor y desatino, el azul más terso y el barrizal más enfangado; el Eros como entrega y el Eros como violencia.
11. Lo que realmente cuenta, en la aventura de la existencia, no es cuántos talentos uno recibió, sino la capacidad que tenemos de dar frutos con lo poco o mucho que tenemos.
12. Un escritor, si es mínimamente auténtico, hace exactamente lo que puede; escribe un determinado texto cuando siente la necesidad de hacerlo, en el momento en que la vida le da la madurez para emprender esa escritura.