01. Viajar es una escuela de humildad.
02. No se puede hacer de los miedos una ideología.
03. Viajar, como contar –como vivir–, es omitir.
04. Utopía y desencanto, antes que contraponerse, tienen que sostenerse y corregirse recíprocamente.
05. Responsabilidad significa pagar el precio y la renuncia que toda acción exige.
06. Escribir una obra de arte no evita que seas un estúpido o culpable.
07. La corrección lingüística es la premisa de la claridad moral y de la honestidad.
08. La verdadera pureza sería la nada, el cero absoluto por la sustracción total.
09. El humor nunca está de más, (... ). Hay pocas expresiones de fraternidad más genuinas que cuando nos reímos con alguien.
10. La literatura no tiene fines morales. Debe representar la realidad y no puede tener una función moral.
11. Cuanto más se vive, mejor se convive con la imperfección de la existencia y se aprende a no ser el protagonista de la propia vida.
12. Lo que entonces, en los años de Hitler y de Stalin, se derrumbaba en el corazón y en el pensamiento de muchos, era sobre todo la fe en el comunismo (...) el desertor de un partido es un huérfano de la totalidad: cuando el militante comunista clandestino, que ha entregado su vida a la revolución y trabaja en los países dominados por dictaduras fascistas, descubre la perversión estalinista de la revolución, acaba por encontrarse en una tierra de nadie, ajena a cualquier sociedad y exiliado de la vida misma.