Las mejores frases de Charles Dickens

Recopilación de frases y pensamientos de Charles Dickens, escritor que combinó con maestría narración, humor, sentimiento trágico e ironía con una ácida crítica social y una aguda descripción de gentes y lugares.

En los fragmentos de Dickens se refleja su típico método dickensoniano: intentar escribir una gran historia en una manera convencional.

Frases de Charles Dickens

Los pensamientos fueron ordenadas por el año de publicación de sus obras.


Los papeles póstumos del Club Pickwick (1836)

En torno al protagonista, un anciano caballero, se agrupa un club de extravagantes personajes, cuyas peripecias, narradas con gran sentido del humor, pueden interpretarse como una sátira de la filantropía.

Frases de Charles Dickens en Los papeles póstumos del Club Pickwick

01. El hombre nunca sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta.

02. Los grandes hombres rara vez son excesivamente escrupuloso en la disposición de su atuendo.

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Oliver Twist (1839)

Primera novela en lengua inglesa que tiene a un niño huérfano como protagonista y una de las primeras en referirse a varios males sociales de la época, tales como el trabajo infantil o la utilización de niños para cometer delitos.

Frases de Charles Dickens en Oliver Twist

01. Hay personas cuyos únicos enemigos son ellos mismos.

02. Allí donde la amistad se estrella sale a veces triunfante el odio.

03. "Si uno no quiere, dos no riñen", dice un viejo adagio.

04. Se conocieron, se trataron, nació la intimidad, y tras ésta vino la amistad sincera.

05. Las mujeres saben siempre decir las cosas en pocas palabras, salvo cuando se enfadan, que entonces tienen para rato.

06. La dignidad, y no pocas veces la santidad, son con harta frecuencia, y en mayor escala de lo que muchos creen, cuestión de traje.

07. (...) Por cierto que su lectura te agradará mucho más que sus cubiertas...Es decir, no siempre, pues libros hay cuyo mérito único está en la encuadernación.

08. Las sorpresas, lo mismo que las desgracias, rara vez vienen solas.

09. En todo buen melodrama deben alternar las escenas trágicas con las cómicas.

10. Lo escuchaba todo sin que lo pareciese, lo que demuestra que entendía su oficio...

11. Hay siempre latente en el alma humana una pasión por ir a la caza de algo.

12. (...) Habían hablado de esperanza y de consuelos. Hacía mucho tiempo que éstos eran desconocidos para ella.

13. Los recuerdos que estas apacibles escenas campestres evocan no son de este mundo, ni tampoco de sus pensamientos y esperanzas.

14. ¡Nuestras esperanzas más queridas, precisamente las que más honran a nuestra naturaleza, son con frecuencia las primeras en disiparse!

15. No hay oficio que no tenga sus inconvenientes, y como compensación, justo es que dejen buenos rendimientos cuando salen bien.

16. El sabio principio del socorro exterior es dar a los pobres precisamente aquello que no necesitan, para que, así, se cansen de venir.

17. Y hasta las mismas ratas, que aquí y allá yacían corrompiéndose en aquella podredumbre, tenían un repugnante y famélico aspecto.

18. No le era muy difícil hacer asomar las lágrimas a sus ojos. El hambre y los recientes malos tratos son magníficos auxiliares si de llorar se trata.

19. El crimen, como la muerte, no es cosa exclusiva de los seres decrépitos y gastados. También los jóvenes y hermosos resultan, con frecuencia, sus víctimas predilectas.

20. Algunos nigromantes dicen que el número mágico es el tres; otros dicen que el siete. Y no es ninguno de ésos, amigo mío; ninguno. Es el número uno.

21. Si, en realidad, no tenía costumbre de beber más de lo estrictamente conveniente, bien pudiera haber puesto una demanda a su semblante por libelo, para resarcirse de graves daños.

22. No puede darse preparación mejor para entrar de lleno en la vida política que esa movilidad maravillosa de parecer que le distingue, esos cambios bruscos, esas transiciones repentinas que forman su carácter.

23. Existen en la vida ciertos cargas sociales que, independientemente de las ventajas de orden substancial que reportan, derivan un valor peculiar y una dignidad especial de las levitas y chalecos afectos al cargo en cuestión.

24. (...) Volvían por las noches con las manos vacías, extendíase con gran vehemencia sobre la calamidad que representa el hábito de la pereza y la ociosidad, e inculcábales la necesidad de una vida activa, enviándolos a la cama sin cenar.

25. Una inmensa multitud se había congregado ya; las ventanas estaban llenas de gente, fumando y jugando a las cartas para pasar el tiempo; la muchedumbre se empujaba, discutiendo y bromeando. Todo era vida y animación, excepto aquel lúgubre montón de objetos que se alzaba en el centro del lugar: el negro tablado, la horca, la cuerda y todo el horrendo aparato de la muerte.

26. Los hombres que, al contemplar la Naturaleza, al tender sus miradas sobre sus semejantes, se lamentan de verlo todo negro, sombrío y melancólico, no se engañan del todo: lo que ignoran tal vez es que los colores sombríos son reflejos de sus ojos y de sus corazones ictéricos, falseados. El colorido verdad es tan delicado, que sólo pueden apreciarlo ojos muy claros y corazones muy limpios.

27. Conocida es de todos la historia de otro filósofo experimental que sustentaba la teoría de que un caballo podía vivir sin comer, demostrándolo tan a la perfección que logró que el suyo se conformase con una brizna de paja al día, y sin duda hubiese hecho de él el más fogoso y rápido animal, sin comer nada en absoluto, si no se hubiese muerto precisamente veinticuatro horas antes de recibir su primera y vivificante ración de aire.

28. Hay cuerdas en el corazón humano que sería mejor no hacerlas vibrar.

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Cuento de Navidad (1843)

Relato de un hombre avaro y egoísta llamado Ebenezer Scrooge y su transformación tras ser visitado por una serie de fantasmas en Nochebuena. Una condena del capitalismo industrial del siglo XIX y un mensaje de esperanza.

Frases de Charles Dickens en Cuento de Navidad

01. No hay pesar que pueda enmendar ni una sola de las oportunidades que desaprovechamos en la vida.

02. Las risotadas con que hizo aquel comentario, las carcajadas mientras pagaba el pavo y le daba dinero para el carruaje y la risa que acompañó a la recompensa que le dio al muchacho sólo se vieron superadas por aquella forma de reírse mientras se sentaba de nuevo, casi sin aliento, hasta llorar de tanto reír.

03. Sin reposo ni tranquilidad. Con la incesante tortura del remordimiento.

04. (...) Le gustaba la oscuridad por lo barata que salía.

05. ¡Dios nos bendiga a cada uno! Dijo Tiny Tim, el último de todos.

06. Celebra la Navidad como te parezca conveniente, pero permite que yo lo haga a mi manera.

07. Nada bueno ha ocurrido en este mundo que, al principio, no haya suscitado un alud de chirigotas.

08. Bastante tiene uno con sacar adelante su negocio como para andar metiendo las narices en los ajenos.

09. Al igual que la enfermedad y la tristeza, no hay nada en el mundo tan irresistiblemente contagioso como la risa y el buen humor.

10. ¡Hasta él llegaban por el aire miles de aromas, relacionados con millares de pensamientos, alegrías, esperanzas y preocupaciones olvidados hacía mucho tiempo!

11. Los afanes de los hombres apuntan a determinados objetivos que habrán de alcanzar, si son perseverantes...Pero si eligen otra senda, distinto será el final.

12. Celebraré la Navidad de todo corazón y procuraré hacer lo mismo durante todo el año. Viviré en el pasado, en el presente y en el futuro.

13. Una de las características más sobresalientes de aquel fantasma (...) era que, a pesar de su gigantesco tamaño, podía acomodarse en cualquier sitio sin dificultad.

14. Tenía la esperanza de que la conducta que adoptase en el futuro le proporcionase la clave que le faltaba, así como la solución a todos aquellos enigmas.

15. (...) Trataba de mostrarse ingenioso para distraer su propia atención y mitigar el terror que sentía, porque la voz del espectro revolvía hasta la médula de los huesos.

16. A diferencia del célebre rebaño del poema, no se trataba de cuarenta chiquillos que actuasen todos a una, sino que cada pequeño armaba tanto escándalo como cuarenta.

17. El fantasma de las Navidades por venir lo trasladó, igual que había hecho con anterioridad (...), a los lugares donde se reúnen los hombres de negocios, pero tampoco se encontró a sí mismo.

18. Me siento ligero como el viento, dichoso como un ángel, alegre como un colegial y tan mareado como un borracho. ¡Feliz Navidad a todos! ¡Feliz Año Nuevo para todo el mundo! ¡Viva! ¡Alegría! ¡Viva!

19. ¡Ésta es la justicia que cabe esperar en este mundo! Con nada actúa de forma más cruel que contra la pobreza y, sin embargo, ¡Nada condena con mayor severidad que cualquier intento por hacerse ricos!

20. Su fortuna no le sirve de nada, pues no ayuda a nadie. Tampoco él la disfruta, ni siquiera se da el gustazo de pensar, ¡Ja, ja, ja! , que, algún día, nosotros seremos quienes salgamos beneficiados.

21. El más fuerte aguacero, la nieve, el granizo o la cellisca sólo podían jactarse de aventajarle en un solo aspecto: en que muchas veces "caían" en abundancia, cosa que a Scrooge no le sucedía jamás.

22. Si el futuro no se encarga de alterar semejantes visiones -insistió el fantasma-, ninguno de los míos volverá a verlo en este lugar. Pero ¿Qué más da? Si ha de morir, que muera, así disminuya el exceso de población.

23. Fíjate que ese poder que tiene reside en palabras y miradas, en cosas tan sutiles e insignificantes que resulta imposible enumerarlas o hacer un recuento de ellas. Pero ¿Qué más da? La felicidad que proporciona es tan inmensa que bien vale una fortuna.

24. Y tú lo mismo puedes ser un trozo de carne sin digerir que un grumo de mostaza, una corteza de queso que un trozo de patata mal hervida. ¡Creo que, en cuanto a ti, seas quien seas, tienes encima más salsa de carne que tierra!

25. Conocía de sobra también a aquellos dos hombres. Ambos eran hombres de negocios, muy ricos y muy importantes. Desde el punto de vista de los negocios, es decir, desde un punto de vista mercantil, siempre había tratado de estar a bien con ellos.

26. Las calles eran sucias y angostas, míseras las tiendas y las casas, la gente que por allí andaba iba medio desnuda, estaban borrachos, eran feos y de aspecto desastrado. Como pozos negros, callejones y pasadizos vomitaban sus malos olores, su suciedad y su mala vida sobre aquellas infectas calles y todo el barrio apestaba a crimen, inmundicia y miseria.

27. Hay quienes aseguran conocernos y, en nuestro nombre, llevan a cabo acciones pasionales, henchidos de orgullo, mala voluntad, odio, envidia, fanatismo y egoísmo, pero tienen tan poco que ver con nosotros y con todos nuestros parientes y amigos que, en nuestra opinión, es como si jamás hubieran existido. Que no se te olvide. Y cúlpalos a ellos de sus actos, no a nosotros.

28. El espectro volvió a lanzar un grito y sacudió la cadena mientras se retorcía sus tenebrosas manos. - ¿Cuál es la razón de que estés encadenado? -le preguntó Scrooge, sin dejar de temblar. -Arrastro la cadena que forjé en vida -contestó el fantasma-. Yo mismo la construí, eslabón a eslabón, metro a metro. Me la ceñí por voluntad propia y cargo con ella de forma voluntaria.

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David Copperfield (1850)

Historia de un niño que vivió una infancia feliz leyendo y asistiendo a la escuela hasta que su suerte cambió. Las desdichas de la niñez, el trabajo en la abogacía y la condición de escritor se mezclan.

Frases de Charles Dickens en David Copperfield

01. El demonio siempre encuentra a los ociosos alguna maldad que hacer.

02. Las cosas pequeñas hacen la suma de la vida.

03. Jamás seas mezquino en nada; jamás seas desleal; jamás seas cruel.

04. Pero los números continuaban con el defecto de siempre: no querían dejarse sumar...

05. Demorar las cosas solo nos sirve para que se nos escapen el tiempo, y a éste hay que tenerlo bien agarrado.

06. Las modas son como las personas. Llegan, sin que nadie sepa cómo, cuándo o por qué, y se van del mismo modo.

07. Renta anual de veinte libras, gasto anual de diecinueve; Resultado, felicidad. Renta anual de veinte libras, gasto anual de veinte y media; Resultado, miseria.

08. Ahora me doy cuenta de que mis reglas de oro han sido no hacer nada a medias y no menospreciar ninguna de mis tareas, cualesquiera que fueran.

09. Siempre he observado, al estudiar la naturaleza humana, que el hombre que tiene alguna buena razón para creer en sí mismo nunca presume delante de los demás para que también crean en él.

10. Si nos quedamos metidos en casa cuando oímos que la pálida muerte, que golpea con el mismo pie la puerta de todos, llama a otra que no es la nuestra, nos perdemos lo mejor de esta vida.

11. Hablamos de la tiranía de las palabras, pero a nosotros nos gusta tiranizarlas también. Nos encanta tener todo un regimiento de palabras superfluas a nuestra disposición para usarlas en las grandes ocasiones, pues nos parece que así queda más importante y suena bien.

12. Puede que algún talento afortunado y alguna oportunidad aprovechada formen los dos lados de la escalera de mano sobre la que están subidos algunos hombres, pero los peldaños de esa escalera tienen que estar hechos de un material que soporte cualquier deterioro, y no hay sustituto alguno para la voluntad tenaz, ardiente y sincera.

13. No me sorprendí demasiado; había perdido la facultad de sorprenderme.

14. Si mi dolor era egoísta, yo no me daba cuenta.

15. Cuando hay que arrojarse al agua, no sirve de nada estar pensando en la orilla.

16. Ya se sabe que los abogados, los tiburones y las sanguijuelas no se contentan con facilidad.

17. Estaban tan embrolladas mis ideas, que había perdido la norma del tiempo y la distancia.

18. No sirve de nada recordar el pasado a menos que pueda ejercer alguna influencia en el presente.

19. El sufrimiento mental y las penalidades sustituyen en algunas personas a la experiencia de los años.

20. Mis consejos distan tanto de tener valor, que ... vamos, en resumen, que ni yo mismo los he seguido jamás.

21. No hay mayor divergencia en un matrimonio que la que causa el tener formas de ser y metas muy distintas.

22. Ya no me quedaba nada más que un vasto desierto, que se extendía a mi alrededor irrompible, hacia el horizonte oscuro.

23. Hay que soportar con valor las contrariedades, sin dejarnos asustar...Hay que sostener el papel hasta el fin. Hay que desafiar a la desgracia hasta el fin.

24. Siempre he tenido el defecto de buscar en todo el mundo un móvil dominante y de juzgar todos los actos de los hombres con esa medida estrecha.

25. Nunca ha habido maldad y codicia que no terminase por escapársele a uno de las manos y llegar demasiado lejos. Es algo tan cierto como la misma muerte.

26. Tenía entonces algunas razones para creer que la naturaleza, ayudada por las circunstancias, me había destinado a ser escritor, y me dediqué con firmeza a mi vocación.

27. (...) Son una especie de fuegos de artificio, de los que al empezar no se puede prever la variedad de formas ni de colores que los hacen cambiar en absoluto de su forma primitiva.

28. Las frases hechas con como una especie de fuegos artificiales, que se sueltan con facilidad y son proclives a adoptar todo tipo de manifestaciones y colores que no parecían posibles a partir de su forma original.

29. En cuanto a la lectura en general, ¡No sabe usted todo lo que leo! Eso es lo que me conforta, ¿Sabe usted? Si hubieran sido mis ojos, ¿Qué hubiese hecho? ..O si llegan a ser mis oídos, ¿Qué habría sido de mí?

30. La gente ocupada también hace su parte de maldad en el mundo, eso se lo puedo asegurar ¿Y si no, a qué se han dedicado los que más ocupados han estado estos últimos uno o dos siglos consiguiendo dinero y poder? ¿No han hecho mucho daño?

31. Trabajaba activamente en mi libro, sin interrumpir mis ocupaciones de taquígrafo, y cuando lo publiqué obtuvo un gran éxito. Yo no me dejaba aturdir por las alabanzas que sonaban en mis oídos, y, sin embargo, gozaba vivamente, y estoy seguro de que pensaba de mi obra mejor que todo el mundo.

32. Fiel a mi proyecto de no aludir a mis obras más que cuando se mezclan por casualidad con la historia de mi vida, no diré las esperanzas, las alegrías, las ansiedades y los triunfos de mi vida de escritor. Ya he dicho que me dedicaba al trabajo con todo el ardor de mi alma, y que ponía en él toda mi energía.

33. Todos hemos experimentado alguna vez esa sensación que nos viene ocasionalmente de que lo que estamos diciendo o haciendo ya lo hemos dicho o hecho antes, en algún momento muy remoto, o de que hace mucho tiempo ya estuvimos rodeados por los mismos rostros, objetos y circunstancias, y sabemos perfectamente lo que se va a decir a continuación, como si de pronto lo recordásemos.

34. He pensado en toda esta historia de compasión y de gracia. He intentado resignarme y consolarme; pero lo que no puedo creer es que el fin tiene que llegar pronto. Tengo su mano en la mía; tengo su corazón en el mío; veo su cariño hacia mí, vivo, con toda su fuerza. No puedo borrar una débil, pálida, desvanecida esperanza de que viva.

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Historia de dos ciudades (1859)

Novela histórica ambientada en la época de la Revolución francesa y se desarrolla en Londres (Inglaterra) y París (Francia). La primera ciudad simboliza la paz y tranquilidad y la segunda el desafío y el caos.

Frases de Charles Dickens en Historia de dos ciudades

01. El aborrecimiento es el homenaje involuntario que los pequeños rinden a los grandes.

02. Habéis sido el último sueño de mi alma.

03. Los espíritus frecuentan los lugares donde más solían acudir sus cuerpos.

04. Nada de lo que hacemos se pierde. Con toda mi alma creo que veré el triunfo.

05. (...) La amo con toda mi alma, desinteresadamente. La amo como muy pocos han amado en el mundo.

06. Pensad en que hay un hombre que daría su vida para conservar la de un ser que os fuese querido.

07. -No pretendo ser la esencia de la sensibilidad, pero soy bastante más delicado que tú. -Eres más afortunado solamente.

08. Es un hecho maravilloso y digno de reflexionar sobre él, que cada uno de los seres humanos es un profundo secreto para los demás.

09. Es preciso que conserves el ánimo...Cuando llegue el tiempo suelta las fieras y el diablo mismo, pero hasta entonces tenlos encadenados, y, aunque no a la vista, siempre dispuestos.

10. He tenido ideas vagas de volver a esforzarme, de empezar de nuevo la vida, de arrojar de mí la pereza y la sensualidad y volver a la abandonada lucha. Pero todo eso no es más que un sueño, que no conduce a nada y que deja al dormido donde estaba, aunque deseo deciros que estos sueños los inspirasteis vos.

11. La venganza y la justicia siempre necesitan mucho tiempo.

12. La represión es la única filosofía duradera.

13. Es triste recordar el pasado cuando va a hacerse de día

14. (...) Bajo tal capa de su excentricidad era una de las criaturas más generosas.

15. Soy un desilusionado...No me importa nadie en el mundo y a nadie le importo yo.

16. Tan irresistible era la fuerza del océano que lo arrastraba, que, para él, era tan impracticable respirar como volver la cabeza.

17. Tenga presente que si cometo un error, lo que me ocurre algunas veces, no habrá en el mundo quien sea capaz de repararlo.

18. Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura.

19. No estoy acostumbrada a detenerme por obstáculos tan débiles como tú, y voy a destrozarte si no te apartas de esta puerta.

20. Una excelente oportunidad para reflexionar, rodeado por las ventajas que da la soledad, podría tener en vuestro destino una influencia mayor de la que vos mismo os procuráis.

21. Es mi deber decirte, y te lo digo, a la cara por tu bien, que eres un hombre que no tiene condiciones para estar en sociedad. Eres un hombre desagradable.

22. Todavía siento la debilidad de desear que sepáis con qué fuerza encendisteis en mí algunas chispas a pesar de no ser yo más que ceniza, chispas que se convirtieron en fuego, aunque a nada conduce, pues arde inútilmente.

23. En tiempos de peste, hay quien muestra una secreta atracción hacia la enfermedad: una terrible y momentánea inclinación a morir en ella. Y todos llevamos ocultas en el alma estas rarezas, que sólo necesitan circunstancias propicias para manifestarse.

24. Nuevamente la calle volvió a su estado habitual, de que saliera un momento, y quedó triste, fría, sucia, llena de enfermedades y de miseria, de ignorancia y de hambre. En todas partes se veían pobres individuos envejecidos, debilitados y hambrientos.

25. (...) En cuanto a los hombres y a las mujeres, sus esperanzas en esta tierra se comprendían o en vivir de la manera más mísera en el pueblo, a la sombra del molino, o gemir en la prisión de la fortaleza que dominaba el despeñadero.

26. El silencio resultante de la parada de la diligencia, añadido al de la noche, se hizo impresionante. ¡La respiración jadeante de los caballos hacía retemblar el coche, y los corazones de los viajeros latían con tal fuerza, que tal vez se les habría podido oír!

27. Los niños tenían caras de viejo y hablaban con gravedad. El Hambre reinaba en el barrio como dueña y señora y sus manifestaciones se advertían por doquier. Las calles eran tortuosas y estrechas, amén de sucias como muladares y las casas de que se componían estaban habitadas por gente sumida en la más negra miseria.

28. El señor Lorry conocía bastante el mundo para saber que ningún servicio es mejor que el hecho por amor, y que no está inspirado en ningún interés mercenario, y por esta razón sentía tal respeto por la señorita Pross, que la consideraba mucho más cerca de los ángeles que a muchas de las damas favorecidas por la belleza y el arte y que tenían grandes sumas depositadas en las cajas del Banco Tellson.

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Grandes esperanzas (1861)

Historia de Phillip Pirrip, un huérfano aprendiz de herrero cuya aspiración pasará a ser convertirse en un noble caballero, describiendo su vida desde su niñez hasta su madurez... Pensamientos sobre búsqueda de la felicidad en la vida.

Frases de Charles Dickens en Grandes esperanzas

01. El éxito no es mío; el fracaso, tampoco, y los dos juntos me han hecho tal como soy.

02. Si por el camino recto no puedes llegar a ser una persona extraordinaria, jamás lo conseguirás yendo por los caminos torcidos.

03. La amaba contra toda razón, contra toda promesa, contra toda paz y esperanza y contra la felicidad y el desencanto que pudiera haber en ello.

04. Estoy convencido de que aquella falta de memoria con respecto a tales detalles me hicieron llorar interiormente, que es el llanto más triste de todos.

05. A usted le corresponde toda alabanza y todo reproche. A usted se deberá el éxito o el fracaso. En una palabra, usted es la que me ha hecho tal como soy.

06. El sufrimiento ha sido más fuerte que todas las demás enseñanzas y me ha hecho comprender lo que era su corazón. He sufrido mucho; Mas creo que, gracias a eso, soy mejor ahora de lo que era antes.

07. ¡Que no me acordaré de usted! Es una parte de mi propia vida, parte de mí mismo. Ha estado usted en cada una de las líneas que he leído, desde que vine aquí por vez primera, cuando era un muchacho ordinario y rudo, cuyo pobre corazón ya hirió usted entonces. Ha estado usted en todas las esperanzas que desde entonces he tenido...

08. Las nociones convencionales de un enamorado no pueden ser ciertas siempre.

09. Le robé su corazón para sustituirlo por un trozo de hielo.

10. Ahora no les cuentes más mentiras y procura vivir y morir feliz.

11. No juzgue nada por su aspecto, sino por la evidencia. No hay mejor regla.

12. ¡Qué preguntón eres! No preguntes nada, y así no te dirán mentiras.

13. (...) Era muy joven y extraordinariamente celosa y, además, muy vengativa. Vengativa hasta el mayor extremo.

14. En una palabra, fui demasiado cobarde para hacer lo bueno, como también para llevar a cabo lo malo.

15. La incalificable verdad es que cuando amaba a (...) con amor de hombre, la amaba sólo y sencillamente por considerarla irresistible.

16. Durante toda la vida, nuestras peores debilidades y bajezas se cometen a causa de las personas a quienes más despreciamos.

17. -Un caballero no puede tener una taberna, ¿No es así? -Pregunté. -De ningún modo, pero una taberna puede tener un caballero.

18. La vida está compuesta de muchas despedidas unidas una a otra, y un hombre es herrero, otro es platero, otro joyero y otro broncista.

19. En una palabra: me era imposible separarla, en el pasado o en el presente, de la razón más profunda de mi propia vida.

20. En su deseo de establecerse matrimonialmente, cualquiera podría suponer que ha pasado su corta existencia en la contemplación perpetua de la felicidad doméstica.

21. Todos ésos me odiaban con el odio que despierta la codicia y el desengaño. Sin embargo, empezaron a lisonjearme por mi prosperidad con la mayor bajeza.

22. Dios sabe que nunca hemos de avergonzarnos de nuestras lágrimas, porque son la lluvia que limpia el cegador polvo de la tierra que recubre nuestros corazones endurecidos.

23. Crea que lo siento, pero la verdad es que me comí su pastel...No sabemos lo que usted ha hecho; pero aunque nos haya quitado algo, no por eso nos moriríamos de hambre.

24. Era uno de aquellos días de marzo en que el sol brilla esplendoroso y el viento es frío, de manera que a la luz del sol parece ser verano, e invierno en la sombra.

25. El hecho de que esta pasión esté tan fuertemente arraigada en el corazón de un muchacho a quien la naturaleza y las circunstancias han hecho tan romántico la convierten en algo muy serio.

26. Al encerrarse se había apartado a sí misma de mil influencias naturales y consoladoras; Su mente, en la soledad, había enfermado, como no podía menos de ocurrir al sustraerse de las intenciones de su Hacedor.

27. En su compañía jamás gocé de una sola hora de felicidad, y, sin embargo, durante las veinticuatro horas del día no pensaba más que en tenerla a mi lado hasta la hora de mi muerte.

28. En el pequeño mundo en que los niños tienen su vida, sea quien quiera la persona que los cría, no hay nada que se perciba con tanta delicadeza y que se sienta tanto como una injusticia.

29. ¡Ámala, ámala, ámala! Si se te muestra favorable, ámala. Si te hiere, ámala. Si te destroza el corazón, y a medida que crezca en años y sea más fuerte te lo deja más destrozado, a pesar de ello, ¡ámala, ámala, ámala!

30. Voy a decirte lo que es un amor verdadero. Es una devoción ciega que para nada tiene en cuenta la propia humillación, la absoluta sumisión, la confianza y la fe, contra uno mismo y contra el mundo entero, y que entrega el propio corazón y la propia alma al que los destroza...

31. Nunca hemos de avergonzarnos de nuestras lágrimas, porque son la lluvia que limpia el cegador polvo de la tierra que recubre nuestros corazones endurecidos. Me encontré mejor después de llorar que antes, y me sentí más triste y estuve más convencido de mi ingratitud, así como también fui desde entonces más cariñoso.

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Charles Dickens

Charles Dickens - Sus mejores frases

Frases de Charles Dickens, fragmentos de sus obras más importantes: "Los papeles póstumos del Club Pickwick" (1836), "Oliver Twist" (1839), "Cuento de Navidad" (1843), "David Copperfield" (1850), "Tiempos difíciles" (1854) y "Grandes esperanzas" (1861).

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