01. El tiempo no es más que una interpretación. Hay mucho. Nosotros no tenemos mucho. La interpretación empieza en la medida en que lo percibimos como un problema.
02. Siempre me he preguntado qué sentisteis vosotros los dioses cuando ya nadie os suplicaba ni os pedía nada. ¿Quién sería la última persona en invocaros?
03. De todas las formas de amor, la que surge entre desconocidos es la más enigmática y la más convincente.
04. Quien ha tomado una vez la figura del enamorado come y bebe de todo: platos llenos de cardos, barriles llenos de vinagre.
05. (...) Ésta es la diferencia entre dioses y hombres. Los dioses pueden transformarse a sí mismos, los hombres sólo pueden ser transformados.
06. No creo en una vida después de la muerte, pero mi privilegio es imaginar lo que pudo haber sucedido.
07. Voy dejando mis cartas en la playa, sobre una roca que hay junto al mar, con la esperanza de que tú las encuentres.
08. La mudanza del alma no se produce después de la vida, sino durante.
09. Al principio no reconozco otro sonido que el rumor del agua que corre, pero luego percibo por debajo de ese suave rumor un murmullo cada vez más intenso y furioso, como un coro que cantara con los dientes apretados, un zumbido átono y siniestro que no desvela ningún significado, un agobiante lamento de tinta y papel, el sonido que emiten los libros cuando saben que son quemados o ahogados, el dolor por lo que ya nunca más será leído.
10. Cuando se trata de tumbas, todo es irracional. Llevamos flores a nadie, arrancamos los hierbajos para nadie y aquel por quien vamos no sabe que estamos allí. Sin embargo, lo hacemos. En algún rincón secreto de nuestro corazón albergamos la idea de que esa persona nos ve y se da cuenta de que seguimos pensando en ella. Pues eso es lo que queremos; queremos que los muertos reparen en nosotros, queremos que sepan que seguimos leyéndolos, porque ellos nos siguen hablando.
11. Envejecer es una forma de muerte. (...) ¿Qué tiene esto que ver con envejecer como forma de muerte? Que ha habido antaño una mítica primera vez; que uno ha visto París ante sí y que veinticinco años después ya no es capaz de imaginar cómo era. Esa imagen se ha perdido, ha desaparecido para siempre, cubierta por imágenes posteriores, siempre diferentes, y al desaparecer ella ha desaparecido también el que la ha visto, es decir, yo.
12. Las personas son botellas vacías, se puede verter de todo en ellas. La misma construcción, el mismo hígado, la misma bomba, coches con una opinión. ¿Por qué los coches y los frigoríficos no tienen derecho al voto? O, en caso de que alguien considere esto un sacrilegio, ¿Por qué las personas son cazadores de cabezas, católicos, adoradores del fuego, estalinistas o bailarines? ¿Para probar las posibilidades del ordenador humano, expandir la elasticidad de las filas, o hay un método en esta locura?