01. Me desperté con la ridícula sensación de que tal vez ya estaba muerto, pero en ese momento no pude determinar si ya estaba muerto de veras, si había estado muerto, o si por lo contrario no lo estaba. La muerte - había aprendido- no era nada, y si estabas muerto -esto también lo había aprendido- se paraban todas las consideraciones.
02. – ¿Es el pensar entonces contranatural? –Yo no digo eso. Pero en el mismo instante en que empiezas a reflexionar sobre la naturaleza, ya te estás colocando fuera de ella. La naturaleza no puede reflexionar sobre sí misma. Nosotros sí. –Pero entonces también se podría decir que la naturaleza me utiliza como vehículo para reflexionar sobre sí misma...
03. Tal vez el infierno sea esto: que todos esos miles y miles de formularios en los que hemos escrito nuestro nombre a lo largo de nuestra vida nos sean adosados, para que vayamos por el reino de Satanás con una cola de un kilómetro detrás, perforada, multicopiada, impresa y toda escrita, como el tonto del pueblo del siglo de los formularios.
04. No somos conscientes de nuestro cuerpo hasta que lo enojamos. Hay diversas maneras de hacerlo: levantando un coche, ingiriendo bebidas alcohólicas, durmiendo poco, sometiendo el cuerpo a presión, atosigándolo, descuidándolo. Sea lo que sea, tarde o temprano el cuerpo te pasa factura, y de repente eres consciente de que posees una cabeza, un estómago, una espalda.
05. Vivo con mi cuerpo físico en el espacio (en una parte del espacio), reflexiono sobre un momento acontecido en el tiempo y hablo de ello mediante el lenguaje. Espacio, tiempo y lenguaje probablemente no son intercambiables entre sí, aunque a veces lo parece. No son pensables uno sin otro, y lo digo de una manera totalmente literal.
06. En toda gran poesía, por moderna que sea, está contenida la herencia de los clásicos, de lo anterior, de lo que a lo largo de los siglos se ha preservado para nosotros. Si tenemos un poco de paciencia y estamos dispuestos a hacer un pequeño esfuerzo recibiremos esa herencia como regalo.
07. ¡Dejarse llevar! Llegar a una ciudad, ir a la terminal de autobuses, tomar cualquiera y dejarse llevar. Así habrá aventuras, cosas feas, cosas bellas, gente interesante, gente aburrida. Nunca se sabe. Así el mundo se ensancha. Y si puede aprender el idioma antes de viajar mucho mejor, entonces el mundo sí que será grande y diferente.
08. En El Golem de Meyrink, el héroe se apropia de los pensamientos de la persona dueña del sombrero que se pone. ¿Qué pensaría el sombrero el día de la boda? ¿Reconocería a la decena de convidados que asistieron a la ceremonia? ¿Y qué le habrá dicho al hombre una vez solos en casa?
09. Vosotros sois mortales, pero el hecho de que ese único cerebro mínimo pueda reflexionar sobre la eternidad, o sobre el pasado, y que, precisamente por eso, con el espacio limitado y el tiempo limitado que se os ha dado podáis conquistar una inmensidad de espacio y tiempo, resulta un enigma.
10. Si se me preguntara qué es lo más difícil diría que la despedida de la mesura. No podemos prescindir de nada. La vida es para nosotros demasiado vacía, demasiado abierta; hemos inventado de todo para aferrarnos a ella: nombres, épocas, medidas, anécdotas.
11. La Historia es, de hecho, un elemento tan extraño como el espacio o el tiempo. Nos movemos siempre dentro de ella. Ni siquiera sé si es una parte del tiempo, si bien la Historia necesita de las personas y el tiempo no.
12. Nosotros somos los héroes más grandes de la historia, todos deberíamos ser condecorados cuando muramos. Ninguna generación tuvo jamás que saber, ver y oír tanto; dolor sin catarsis, mierda que llevas a rastras para el nuevo día.