Frases de Bohumil Hrabal - Página 5

01. Los dos bebían, en casa se arrastraban de los pelos por la escalera, pero, en cuanto salían a la calle, tan ufanos; ahora bien, en casa él siempre la achuchaba: "¡A ver tu aliento, apesta a aguardiente!", y ella, de rodillas: "¡Sólo he tomado un bombón de licor!", y él, dándole de bofetones... Hoy la gente vive mejor, pero en este aspecto todo sigue igual, una vez se ahorca él, otra vez ella... "Clases de baile para mayores" (1964)

+ Frases de Agresividad + Pensamientos de "Clases de baile para mayores"


02. Como un relámpago se me apareció Arthur Schopenhauer afirmando que la más elevada de las leyes es el amor y el amor es compasión, comprendí por qué Arthur odiaba tanto al forzudo de Hegel y me alegré de que ni Hegel ni Schopenhauer hubieran sido comandantes de dos ejércitos adversarios: estaba seguro de que aquellos dos habrían sido tan despiadados como los dos clanes de ratas en las alcantarillas del subsuelo de Praga. "Una soledad demasiado ruidosa" (1977)

+ Frases de Adversario + Pensamientos de "Una soledad demasiado ruidosa"


03. Y desnuda se fue a un claro, rodeado de árboles frutales, y empezó a lavarse, y el anciano, que se había pasado toda la tarde contándole historias, en ese instante quedó como fulminado, su rodilla doblada, presa de unas manos anudadas, mirando más allá de ella, hierático, arrebatado, tierno, mientras ella le hacía ese regalo que solamente una mujer puede hacer a un hombre, lavándose, a la caída del día, para unos ojos emocionados... "Clases de baile para mayores" (1964)

+ Frases de Desnuda + Pensamientos de "Clases de baile para mayores"


04. A partir de ahora haría sólo lo que me diera la gana, ya no llevaría el yugo de la responsabilidad de tener que decir a cada paso, buenos días señor, buenas tardes señora, servidor, adiós señores, ya no tenía que vigilar al personal o, si yo mismo formaba parte del personal, vigilar que no me viera el dueño cuando quería encender un cigarrillo o coger un trozo de carne de la nevera, ¡Nunca más! "Yo, que he servido al rey de Inglaterra" (1971)

+ Frases de Emprendedor + Pensamientos de "Yo, que he servido al rey de Inglaterra"


05. ¿Dónde está la sede de la Gestapo? Y el guardia nos indicó el camino. Entonces nos encontramos ante la puerta de un edificio, se notaba que en el primer piso había mucho bullicio porque se oía el tintineo de las copas y la penetrante risa femenina; era la una de la madrugada, la hora del cambio de guardia, entonces pregunté al jefe del destacamento si sería posible hablar con el jefe de la Gestapo. Y el gritó: Was? ¡Vuelvan por la mañana! "Yo, que he servido al rey de Inglaterra" (1971)

+ Frases de Gestapo + Pensamientos de "Yo, que he servido al rey de Inglaterra"


06. Siempre me ha gustado la caída del día, me parece el único momento en que puede pasar algo importante, la luz del crepúsculo lo embellece todo, las calles, las plazas, la gente parece aterciopelada como las flores, los pensamientos morados y amarillos, incluso a mí mismo me percibo más joven y de mejor ver, me agrada observarme en el espejo cuando oscurece, palparme la cara, entonces la encuentro lisa, sin arrugas en las comisuras de los labios ni en la frente; el crepúsculo aporta belleza a mi vida cotidiana. "Una soledad demasiado ruidosa" (1977)

+ Frases de Crepúsculo + Pensamientos de "Una soledad demasiado ruidosa"


07. Que tuvieran que irse los ricos que hacían política, aquellos hombres arrogantes, engreídos y pretenciosos henchidos de superioridad, eso lo entendía, pero me resultaba incomprensible que se hubieran tenido que marchar los pobres leñadores que nadie vino a reemplazar, que no tenían nada, solamente un pequeño huerto y el duro trabajo en el bosque, que seguramente eran humildes porque no tenían tiempo de ser orgullosos y soberbios y porque el tipo de vida que llevaban, la misma que ahora me esperaba a mí, les enseñaba modestia y humildad. "Yo, que he servido al rey de Inglaterra" (1971)

+ Frases de Exilio + Pensamientos de "Yo, que he servido al rey de Inglaterra"


08. Y yo, al pie de la montaña, me encojo como Adán entre los matorrales, con un libro en la mano abro mis atemorizados ojos a un mundo extraño, distinto de aquel en el que me hallaba hace apenas un instante porque yo, cuando me sumerjo en la lectura, estoy en otra parte, dentro del texto, me despierto sorprendido y reconozco con culpa que efectivamente vuelvo de un sueño, del más bello de los mundos, del corazón mismo de la verdad. Diez veces al día me maravilla haberme alejado tanto de mí mismo. "Una soledad demasiado ruidosa" (1977)

+ Frases de Lectura + Pensamientos de "Una soledad demasiado ruidosa"


09. Con lo que disfruto más es visitando a los chicos de las calderas, personas cultas sin excepción, con educación universitaria, atados a su trabajo como un perro a su caseta, que aprovechan los ratos muertos para escribir la historia de su época, basada en investigaciones sociológicas, en su sótano he aprendido que una cuarta parte del mundo, la nuestra, se está despoblando, que hoy en día se obliga a los obreros de los bajos fondos a estudiar una carrera, mientras que a los especialistas con títulos superiores se les condena a ejercer de obreros. "Una soledad demasiado ruidosa" (1977)

+ Frases de Especialistas + Pensamientos de "Una soledad demasiado ruidosa"


10. En aquella época vivíamos fuera de la ciudad, fue más tarde cuando nos trasladamos a la ciudad, y a mí, que estaba acostumbrado a la soledad, cuando llegamos a la ciudad se me estrechó el mundo. Desde entonces sólo cuando salía a las afueras, sólo así respiraba. Y cuando volvía, a medida que las calles y las callejuelas se estrechaban al cruzar el puente, me estrechaba yo también, siempre tenía y tengo y tendré la impresión de que detrás de cada ventana hay por lo menos un par de ojos que me miran. "Trenes rigurosamente vigilados" (1964)

+ Frases de Vivir en la ciudad + Pensamientos de "Trenes rigurosamente vigilados"


11. Cada anochecer me dirijo a mi casa, en silencio voy por las calles inmerso en una profunda meditación, paso de largo tranvías y coches y peatones, perdido en una nube de libros que acabo de encontrar en mi trabajo y que me llevo a casa en la cartera, así, soñando, cruzo en verde sin percatarme de ello, sin topar con los postes ni con la gente, camino, apestando a cerveza y a suciedad, pero sonrío porque tengo la cartera llena de libros de los cuales espero que por la noche me expliquen algo sobre mí mismo, algo que todavía desconozco. "Una soledad demasiado ruidosa" (1977)

+ Frases de Amor por los libros + Pensamientos de "Una soledad demasiado ruidosa"


12. Vi un libro al que la horca iba a echar al vientre de la máquina, lo limpié con la bata y me lo apreté contra el pecho, aunque estuviese frío; lo abrazaba como la madre al hijo, como Jan Hus en la plaza de Kolín tiene la Biblia casi hundida en el pecho; enseñé el libro a los jóvenes, que no le prestaron ni la más mínima atención: tenían ojos únicamente para el trabajo; cuando por fin hube encontrado el coraje suficiente, miré la cubierta: sí, era un libro exquisito, Charles Lindberg describía en él su vuelo -el primero- a través del océano. "Una soledad demasiado ruidosa" (1977)

+ Frases de Amor por los libros + Pensamientos de "Una soledad demasiado ruidosa"

Influencias

Autores relacionados

Milan Kundera

Bohumil Hrabal


Escritor, poeta y novelista checo, autor de "Trenes rigurosamente vigilados" (1964), "Yo, que he servido al rey de Inglaterra" (1971), "Una soledad demasiado ruidosa" (1977) y "Bodas en casa" (1986).

Sobre Bohumil Hrabal

Bohumil Hrabal nace en Brno, la segunda ciudad más grande de la República Checa, hijo de Marie Božena Kiliánová (1894-1970), madre soltera.

En 1917 su madre se casa con Frantisek Hrabal y en 1919 la familia se traslada a Nymburk, una pqueña ciudad a orillas del río Mrlina en el Elba.

Bohumil Hrabal asiste a la escuela primaria de Nymburk y luego continúa su educación en una escuela secundaria técnica.

En 1935 comienza sus estudios de Derecho en la Universidad Carolina de Praga, que debe interrumpir durante la ocupación nazi de Checoslovaquia en febrero de 1939.

Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Bohumil Hrabal trabaja en diferentes oficios, entre ellos empleado ferroviario, cartero y obrero metalúrgico.

Tiempo después se traslada a Praga y conoce a Eliska Plevová, con quien se casa en 1956 y comienza a dedicarse a la literatura.

En 1997 Bohumil Hrabal cae por una ventana del quinto piso del Hospital Bulovka tratando de alimentar a las palomas y fallece en el acto.

Es considerado uno de los más grandes escritores checos del siglo XX, junto a Jaroslav Hasek, Milan Kundera y Karel Capek.

Libros destacados

Ver todos sus libros »

Enlaces

Ocupación

Escritores » Escritores siglo XX » Escritores de República Checa

Novelistas » Novelistas siglo XX » Novelistas de República Checa

Poetas » Poetas siglo XX » Poetas de República Checa

Síguenos