01. Los males de México -de todo México (y más, tal vez, aquellos que apenas entreveo) - me duelen más que los males de cualquier otro país. Pero soy optimista. El instinto de conservación y el instinto de progreso individual son naturales, no necesitan ser manipulados. Lo único que falta es que se echen a funcionar por parejo en el conjunto de la nación. Nuestro instinto de conservación y nuestro instinto de progreso, y no las cambiantes directrices sexenales, señalarán nuestra autenticidad nacional.
02. Una obra literaria se puede definir de muchas maneras. A mí me gusta, por económica, esta definición: una obra literaria es la concreción lingüística (concreción en forma de lenguaje) de una emoción, de una experiencia, de una imaginación, de una actitud ante el mundo, ante los hombres. Un cuento, un poema, una novela, etcétera, son obras literarias: convierten en lenguaje, digamos, la adoración de la belleza, la indignación por la injusticia individual o social, la fascinación por el misterio de la vida o por el misterio de la muerte, el sentimiento de serenidad o de terror o de melancolía dejado por cierta noche...(Y esta enumeración podría seguir hasta el infinito).