01. El Teatro de la Crueldad ha sido creado para restablecer en el teatro una concepción de la vida apasionada y convulsiva, y es en este sentido de rigor violento y condensación extrema de elementos escénicos que debe entenderse la crueldad en la cual están basados.
02. Allí donde otros exponen su obra yo sólo pretendo mostrar mi espíritu.
03. Se ha perdido una idea del teatro. Y mientras el teatro se limite a mostrarnos escenas íntimas de las vidas de unos pocos fantoches, transformando al público en voyeur, no será raro que las mayorías se aparten del teatro, y que el público común busque en el cine, en el music-hall o en el circo satisfacciones violentas, de claras intenciones.
04. Quisiera hacer un libro que altere a los hombres, que sea como una puerta abierta que los lleve a un lugar al que nadie hubiera consentido en ir, una puerta simplemente ligada con la realidad.
05. Las palabras se pudren en el llamado inconsciente del cerebro, todas las palabras por no importa qué operación mental, y sobre todo aquellas que tocan los resortes más habituales, los más activos del espíritu.
06. Me niego a hacer diferencias entre cada minuto de mí mismo. No acepto el espíritu planeado.
07. No ha quedado demostrado, ni mucho menos, que el lenguaje de las palabras sea el mejor posible.
08. El más pequeño acto de creación espontánea constituye un mundo más complejo y mucho más revelador que cualquier sistema metafísico.
09. La suerte de ruptura interna de la correspondencia de todos los nervios.
10. Vivir no es otra cosa que arder en preguntas. No concibo la obra al margen de la vida.
11. Ni mi vida es completa ni mi muerte ha fracasado completamente.
12. Y el público creerá en los sueños del teatro, si los acepta realmente como sueños y no como copia servil de la realidad, si le permiten liberar en él mismo la libertad mágica del sueño, que sólo puede reconocer impregnada de crueldad y terror.