01. Amor no llega demasiado tarde a quien se siente demasiado solo.
02. Alma, mujer, inspiradora: rige mi vida entera para siempre.
03. Mariposa: qué triste me quedo sin tu luz que mi amor ilumina, te me vas... Te me vas... Y no puedo retener tu silueta divina.
04. Tienes algo de Londres, pero mucho de Francia: una suma realeza y una noble elegancia palpitan en la seda de tu vestido gris.
05. ¡Cómo lucha mi amor por asirte! Más si es duro tener que alejarte, ¡mis palabras no deben herirte si mis besos no pueden curarte!
06. Nada diré que sea mentira; iré sobre la claridad, como una espiga al viento, hacia la eternidad.
07. ¡Sol, oh sol, oh sol mío! Necesito tu cálida vibración. Tengo enferma la luz de la palabra; de mí sale brumosa, y yo la quiero diáfana.
08. ¿Y mi grito de ayer? Le puse al piano una sordina espiritual, y ahora sólo sabe quejarse con sonrisas que desdeñan la gloria.
09. Tengo el decir enfermo de una niebla lejana, oh Dios, y se me torna de humo la palabra. Yo la deseo límpida... Yo la ambiciono diáfana...
10. Yo dije: Alma, mujer inspiradora: rige mi vida entera para siempre. Arde como la mirra el corazón que inmolo...
11. Cuando agitas tu cendal, sueño eterno de Martí, tal emoción siento en mí, ¡que indago al celeste velo si en ti se prolonga el cielo o el cielo surge de ti!
12. Soy en mí como es en sí la sombra: causa de luz y efecto de sí misma.