26. Uno puede enfrentarse a los acontecimientos de la vida con humor durante años, a veces muchos años, y en algunos casos puede mantener una actitud humorística casi hasta el final; pero la vida siempre nos rompe el corazón.
27. La vida, pensaba Michel, tenía que ser algo sencillo; algo que pudiera vivirse como un conjunto de pequeños ritos, indefinidamente repetidos. Ritos al fin y al cabo un poco estúpidos, pero en los que, en el fondo, se pudiera creer.
28. (...) El conocimiento sí... Queda un deseo de conocimiento. El deseo de conocimiento es curioso... Muy poca gente lo siente, ¿Sabe? , incluso entre los investigadores; la mayoría se conforman con hacer carrera, se desvían rápidamente hacia la administración; sin embargo, en la historia de la humanidad tiene una tremenda importancia.
29. La gente suele decir que los ingleses han desarrollado sus cualidades de sangre fría y de reserva, y también una manera de enfrentarse con a los acontecimientos de la vida, incluidos los más trágicos. Es bastante cierto, y una completa estupidez por su parte. El humor no nos salva; no sirve prácticamente para nada.
30. Para el occidental contemporáneo, incluso cuando se encuentra bien, la idea de la muerte constituye una especie de ruido de fondo que invade el cerebro cuando se desdibujan los proyectos y los deseos. Con la edad, la presencia del ruido aumenta; puede compararse a un zumbido sordo, a veces acompañado de un chirrido. En otras épocas el ruido de fondo lo constituía la espera del reino del Señor; hoy lo constituye la espera de la muerte. Así son las cosas.