23. Los críticos deliran con lo que no se entiende, piensan que no han leído jamás una cosa más aguda y profunda sobre el arte.
24. El cacao, de donde se saca la bebida más sabrosa del mundo, que antes solo tomaban los dioses, pero algún prometeo local se la robó en beneficio de los hombres.
25. He ido cambiando mi vida como cambia de piel una culebra; dejo atrás las que se seca y marchita y me pongo otra, ojalá fresca y nueva, lista a vivir otra vez.
26. Esos genes antiguos se le notan a ella todavía. Son como los lunares,como los tics y como las manías, que los heredamos de alguien aunque no sepamos bien de dónde vienen.
27. En estas palabras que también son aire, que también son humo, tan solo las sombras del pensamiento, pero duran al menos un poco más que la carne y el aire del aliento.
28. Se nace creyendo que la gente, hasta que la vida nos va desmintiendo y nos demuestra que si, que hay gente buena, pero a su lado hay montones de gente muy mala, con malas intenciones, calculadora, solapada y malagradecida.
29. A veces parece que lo más importante sucede sin motivo y de repente, como caído del cielo, como una avalancha que se desprende de una montaña y te arrastra. Muchas cosas son así, bruscas y repentinas.
30. Un día nos alejamos de la orgía perpetua, resolvimos que seríamos fieles y que nos dedicaríamos más al trabajo y a cuidarnos mutuamente, a tratar de ser felices en la moderación y no en el desenfreno.
31. De un hombre mujeriego se dice que tiene éxito con las mujeres; yo podría decir más bien, que no ha tenido éxito con ninguna, porque lo bueno -supongo- es enamorarse y seguir enamorados. Toda la vida he sentido pesar de los donjuanes.
32. Él, abogado, es de los que dicen pernoctar, y no pasar la noche, occiso en vez de muerto, condiscípulo en vez de compañero, corcel en lugar de caballo, institución educativa en vez de escuela, galeno en vez de médico y otras idioteces así.
33. Dice que ya no está seguro de nada, y que las religiones van y vienen, como las modas, que hay más religiones muertas que religiones vivas, y más dioses muertos que dioses vivos, y que seguro faltan otras religiones y otros dioses todavía por nacer y morir.
34. Las dulces delicias del alcohol, su euforia suave, cuando no es demasiado y simplemente sirve para que todos conversemos más sueltos y mejor, porque todo el mundo habla de los daños del trago, de sus estragos, que no son mentira, pero hay que mencionar también sus beneficios.
35. El campo embrutece, porque no hay cine, ni periódicos, ni bibliotecas, ni salas de conciertos, teatros, exposiciones, conferencias, universidades, o gente de todo tipo que va y viene y discute en los cafés. No hay conversación inteligente, informada, que es la mejor manera de dejar de ser brutos.
36. Si le preguntaban se decía católico, y hasta oía la misa todos los domingos, se persignaba, le rezaba a Dios, a un dios que no sabía si existía o no, para no tener problemas con nadie, y para no ponerse a responder demasiadas preguntas, ni propias ni ajenas.
37. Uno se acostumbra a un cuerpo como se acostumbra a una finca y a un paisaje: hay algo cómodo en ver siempre lo mismo cada día: hay un encanto en la rutina, así como se disfruta más una pieza para violín que has ensayado y oído muchas veces.
38. Mi papá decía que nuestro gran cerebro lo pagamos caro: con mucho dolor, muchos desgarros y mucha mortalidad al nacer, por las dimensiones exageradas de la cabeza. Y eso que nacemos antes de tiempo, sin acabar de gestarnos y eso hace tan larga la crianza y tan indefensas a las criaturas recién nacidas.
39. Los muertos no hablan, los muertos no sienten, a los muertos no les importa que los vean desnudos, pálidos, demacrados, en el peor momento de su vida, por decirlo así. O quizás haya un momento aún peor, bajo tierra, o en el horno crematorio, pero ese ya casi nunca, por fortuna, lo tenemos que ver.
40. A veces las desgracias son así, no se espacian a través de los años, sino que se vienen todas juntas a la vez, como pasa también con las alegrías, una tras otra. La vida está hecha de rachas de alegrías y rachas de tristezas y largos años de calma, sin sobresaltos, que son los mejores.
41. Para salir de Antioquia, que es un lugar con un encanto tosco, pero real, y al mismo tiempo un sitio asfixiante, clerical, intolerante, racista, homófobo, conservador, o por lo menos lo era hasta la médula cuando yo me vine. Ahora lo sigue siendo, aunque quizá un poco menos; incluso hasta Antioquia ha llegado la noticia de que el mundo cambia.
42. La gloria y la tragedia del amor son tan sencillas. Yo no me explico por qué les dan tantas vueltas los poetas, los psicólogos y los tratadistas, siendo un asunto tan simple, que para mí es así: dos se aman, y sin dejar de amarse (sin dejar de amarse, lo subrayo), poco a poco, casi sin darse cuenta, se desaman hasta llegar a odiarse.
43. Las desigualdades surgen por el esfuerzo o la astucia de algunos, incluso por la maldad; por los vicios o por la pereza o la simple mala suerte de otros. O por herencia, que es el caso mío, pero quién tenga hijos no quiere dejarles a ellos lo que recibió o lo que consiguió. A veces por la malicia, a veces por el mérito, a veces por la suerte.
44. Pilar es la mayor y ser la hija mayor tiene ventajas y desventajas. Hay responsabilidades con las que nadie más es capaz de cargar porque los otros hermanos son muy jóvenes. Pilar no se amilana ante ninguna dificultad; ella pasa por encima de lo que sea, sin rendirse nunca. Nada le da asco, nada le da vergüenza, nada le da miedo. Cuando hay algo casi imposible de resolver, en la casa pensamos: si no lo resuelve Pilar, no lo resuelve nadie.