Frases de El profesor

El profesor

16 frases de El profesor (The professor) de Charlotte Brontë... Histora de William Crimsworth, un joven profesor de inglés que lucha por ser fiel a sus principios en un mundo opresivo y prejuicioso, regido por el disimulo.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Charlotte Brontë son: prejuicios, ambientada en la época victoriana, amor propio, ambientada en bruselas (bélgica), pedagogía, opresión, falsas apariencias, discriminación, internado, egoísmo, relaciones de poder, autoritarismo.

Frases de Charlotte Brontë

Frases de El profesor Charlotte Brontë

01. Tiene el rostro de quien ha hecho un gran esfuerzo y ha salido triunfante para liberar un talento enérgico y precioso de una restricción insoportable.


02. Añadí que mi deseo no era tanto ser ayudado como recibir los medios para ayudarme a mí mismo. No exigía esfuerzo de él, eso corría de mi cuenta.


03. Si una mujer aborrece al hombre con el que está casada, el matrimonio es una esclavitud, y cuantos piensan cuerdamente se rebelan contra la esclavitud. Aunque la tortura fuera el precio de la resistencia, a la tortura habría de arriesgarme; Aunque el camino hacia la libertad pasara por las puertas de la muerte, esas puertas habría de franquear, puesto que la libertad es indispensable. Así pues, monsieur, resistiría hasta donde me alcanzaran las fuerzas, y cuando las fuerzas me fallaran, recordaría que siempre queda un último refugio. Sin duda la muerte me protegería tanto de las malas leyes como de sus consecuencias.


04. No hay más que pensar en la raza formal y estricta de las solteronas, esa raza que todos desprecian: se alimentan desde la juventud con máximas que las exhortan a la resignación y al sacrificio.


05. Se puede allanar al máximo el camino del aprendizaje, quitar todos los guijarros, pero finalmente debe uno insistir con decisión en que el alumno se coja del brazo y se deje guiar en silencio por la senda ya preparada.


06. A la luz del sol, en la prosperidad, las flores están muy bien, pero cuántos días lluviosos hay en la vida -noviembres de calamidades- en los que la chimenea y el hogar de un hombre serían realmente fríos sin el claro y animado resplandor del intelecto.


07. A ningún hombre le gusta reconocer que ha cometido un error al escoger su profesión, y todo hombre que se precie luchará contra viento y marea antes que gritar: ¡Me doy por vencido! Y dejarse arrastrar de vuelta a tierra.


08. Bien, lector, durante las dos últimas páginas no he hecho más que darte miel de flores, pero no debes sustentarte únicamente de alimento tan exquisito. Así pues, prueba un poco la hiel, apenas unas gotas, para variar un poco.


09. A su voluntad podía someter sus propias inclinaciones en todo momento, si esas inclinaciones eran compatibles con sus principios; sin embargo, cuando se le pedía que luchara contra las propensiones, los hábitos y los defectos de los demás, sobre todo si eran niños, sordos al razonamiento y, en su mayor parte, insensibles a la persuasión, a veces su voluntad se negaba a actuar.


10. Sé que una preciosa muñeca o una beldad estúpida podrían servir para la luna de miel, pero una vez enfriada la pasión, ¡Qué espanto encontrar un pedazo de cera y madera sobre mi pecho, una idiota entre mis brazos, y recordar que yo había convertido eso en un igual, no, en mi ídolo, y saber que tendría que pasar el resto de mi deprimente vida con una criatura incapaz de comprender lo que le dijera, de apreciar lo que pensara o simpatizar con lo que sintiera!


11. Sostuve un breve debate conmigo mismo sobre la conveniencia de cambiar mi atuendo habitual por otro más elegante; Finalmente, decidí que sería un esfuerzo innecesario. "Sin duda -pensé-, será una rígida solterona, pues, aunque sea la hija de madame reuter, es muy posible que haya llegado ya a los cuarenta inviernos, y aunque no fuera así, aunque fuera joven y hermosa, yo no soy atractivo ni lo seré por mucho que me cambie; Así pues, iré tal como estoy". Y me fui, echándome una ojeada al pasar por el tocador, sobre el que había un espejo; Vi una cara delgada y de facciones irregulares, de ojos negros, hundidos bajo una frente ancha y cuadrada; Un cutis sin lozanía, un hombre joven, pero no juvenil, que no podía ganarse el amor de una dama ni ser blanco de las flechas de cupido.


12. ¡Bélgica! Nombre carente de romanticismo y de poesía que, sin embargo, siempre que se pronuncia, tiene un sonido en mis oídos y halla un eco en mi corazón que ningún otro conjunto de sílabas es capaz de producir, por dulces o clásicas que sean. ¡Bélgica! Repito la palabra ahora, sentado solo, cerca de la medianoche. Agita mi mundo del Pasado como una llamada a la Resurrección; las tumbas se abren, los muertos se levantan; veo Ideas, Sentimientos, Recuerdos que dormían, alzándose de la tierra -rodeados de un halo en su mayoría-, pero, mientras contemplo sus formas vaporosas y me esfuerzo en distinguir claramente su contorno, el sonido que los había despertado se extingue, y las formas se hunden como una liviana espiral de niebla, absorbidas por el humus, devueltas a sus urnas funerarias, encerradas de nuevo en sus mausoleos. ¡Adiós, espectros luminosos!


13. Una mente alterada provoca una almohada inquieta.


14. Es mejor estar sin lógica que sin sentimiento.


15. Me sorprendió mi propia desenvoltura, pues al fin y al cabo el asunto que me ocupaba era extraordinariamente doloroso, pues se trataba de solicitar un favor.


16. (...) Estos detalles parecerán muy extraños a los lectores ingleses, pero Bélgica no es Inglaterra y sus costumbres no son iguales que las nuestras.

Obras similares

Obras que comparten tramas, ideas o sucesos históricos con "El profesor" de Charlotte Brontë.

Libros parecidos

Síguenos