Frases de El desafío Starbucks

El desafío Starbucks

30 frases de El desafío Starbucks (Onward: How Starbucks fought for its life without losing its soul) de Howard Schultz, Joanne Gordon... En 2008 Howard Schultz reasumió el cargo de director ejecutivo de Starbucks y dio una lección de adaptación en tiempos convulsos y de lucha por los ideales de la empresa.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Howard Schultz, Joanne Gordon son: autobiografía, liderazgo, administración, construir un negocio, café, mejora de procesos, toma de decisiones, correr riesgos, innovación, crisis económica, valores compartidos, mantenerse fiel a las convicciones, responsabilidad, clientes.

Frases de Howard Schultz Libros de Howard Schultz

Frases de El desafío Starbucks Howard Schultz, Joanne Gordon

01. Cultivar café es un verdadero arte.


02. El liderazgo es, en esencia, instilar confianza en otros.


03. "La vida es la suma de todas tus elecciones", escribió Albert Camus. Significativas o ínfimas, nuestras acciones conforman el futuro e inspiran a otros a lo largo del camino.


04. ¿Cómo crecer sin perder el alma? ¿Cómo seguir siendo pequeños mientras crecemos?


05. Lo que la gente ve, oye o huele cuando entra en un espacio guía sus sentimientos.


06. En tiempos de adversidad y cambio es cuando descubrimos quiénes somos de verdad y de qué estamos hechos.


07. Es mi pasión. Mi compromiso. Esta empresa es lo más importante que hay en mi existencia después de mi familia.


08. He dicho en muchas ocasiones que todas las empresas y las organizaciones tienen memoria, y esos recuerdos crean un camino que las personas pueden seguir.


09. (...) Teníamos que pelear a diario por sobrevivir, y hacer lo que tuviéramos que hacer. Nos remangamos y dejamos nuestros egos en la puerta.


10. El café no miente. No puede mentir. Cada sorbo es la prueba del arte -tanto técnico como humano- que ha intervenido en su creación.


11. El mundo pertenece a esas pocas personas que no temen ensuciarse las manos.


12. Durante más de tres décadas el café ha capturado mi imaginación porque es una bebida que tiene que ver tanto con el individuo como con la comunidad.


13. Insuflar al trabajo una sensación de propósito y de significado es, no obstante, una calle de doble sentido. Sí, adoras tu trabajo, pero tu empresa debe quererte a ti a cambio.


14. Esto es, como ya he dicho, lo que hacemos los comerciantes: tomamos algo ordinario y le insuflamos emoción y significado para después contar su historia una y otra vez, a veces incluso sin decir una sola palabra.


15. El coste de perder a vuestros clientes más fieles para luego tener que intentar recuperarlos en un momento económico tan bajo como el presente será mucho mayor que el coste de invertir en ellos e intentar no perderlos.


16. El trabajo debe ser algo personal. En todos los casos. No sólo para el artista y el empresario. El trabajo debe tener significado para el contable, el obrero de la construcción, el técnico, el director y el administrativo.


17. De ninguna manera podemos atribuirnos el logro de haber introducido en el mundo el café o las bebidas basadas en éste, pero creo que sería justo decir que Starbucks ha dado a conocer a mucha gente la magia del café.


18. Adelante implicaba optimismo con los ojos abiertos, un viaje sin final que honraba el pasado al tiempo que reinventaba el futuro. Adelante significaba pelear no sólo con el corazón y la esperanza, sino con inteligencia y rigor, esforzándonos constantemente por equilibrar benevolencia con fiabilidad.


19. Transformar una empresa es en parte ser capaces de mirar hacia delante y, sin dejar de pretender la innovación y la reflexión en muchos casos retrospectiva, de obtener el máximo de las decisiones que se tomaron en el pasado, tanto las buenas como las malas.


20. Cuando alguien se refiere a Starbucks como un lujo asequible, yo me digo que quizá tenga razón. Pero a mí, para ser más exacto, me gusta pensar que la experiencia Starbucks, la de la conexión personal, es una necesidad asequible. Todos buscamos encontrarnos y encontrar.


21. Cuando amamos algo, los sentimientos suelen dirigir nuestras acciones. Éste es el regalo y el desafío al que los empresarios han de enfrentarse cada día. Las empresas con las que soñamos y que construimos desde la nada son parte de nosotros y algo muy personal. Son nuestra familia. Nuestra vida.


22. Nunca he compartido la idea de que haya una sola receta para alcanzar el éxito en el liderazgo, pero estoy convencido de que un líder eficaz tiene dos atributos relacionados: un nivel desaforado de confianza sobre adónde se dirigían sus organizaciones y la capacidad de llevar a la gente con ellas.


23. Mi amor por el café se remonta a cuando empecé a trabajar como director de marketing para las cuatro tiendas de una pequeña empresa dedicada al café llamada Starbucks. Eso ocurrió en 1982. Sin embargo no descubrí la verdadera magia del café hasta un año después durante un viaje de negocios a Italia.


24. Como comerciante, mi deseo ha sido siempre inspirar a mis clientes, satisfacer sus expectativas y establecer y mantener la confianza que depositaban en nosotros. Como empresario, mi deber ha sido siempre hacer lo mismo con la gente que ocupa el otro lado de la barra, una responsabilidad que me ha impulsado durante muchos, muchos años.


25. Valorar las conexiones personales en un tiempo en el que tanta gente se dedica a sentarse a solas ante una pantalla, aspirar a construir relaciones humanas en una era en la que tantas cuestiones polarizan a tantos y actuar de un modo ético aunque cueste más cuando todo el mundo busca producir más barato son pretensiones honorables y están en el alma de lo que hemos decidido hacer.


26. El viaje empresarial no es algo que todo el mundo pueda emprender. Sí, se puede llegar a tocar el cielo y las recompensas pueden ser emocionantes, pero los momentos bajos pueden partirte el corazón. Un empresario ha de amar lo que hace hasta tal punto que el sacrificio que supone llevarlo a cabo le valga la pena; El sacrificio y a veces el sufrimiento. Pero dedicarse a otra cosa es para el empresario impensable.


27. Crecer con disciplina. Equilibrar intuición con rigor. Innovar desde la esencia. No conformarse con el statu quo. Buscar nuevas formas de ver. Nunca esperar recetas mágicas. Meterse en harina. Escuchar con empatía y comunicarse con transparencia. Contar tu historia y no dejar que sean otros los que te definan. Utilizar experiencias auténticas para inspirarte. Mantenerte firme en tus valores, que son tu base. Pedir cuentas de los resultados pero dar siempre a la gente herramientas con las que pueda alcanzar el éxito. Tomar las decisiones necesarias aunque sean difíciles; lo que cuenta es cómo se ejecutan. Tener decisión en tiempos de crisis. Ser ágil. Buscar la verdad en las pruebas más duras y lecciones que aprender en los errores. Ser responsable de lo que veas, oigas y hagas. Creer.


28. Hay momentos en la vida en que reunimos el valor suficiente para tomar decisiones que van contra la razón, contra el sentido común y el consejo de personas en las que confiamos; aun así nos lanzamos a ello porque, a pesar de todos los riesgos y los argumentos racionales en contra, creemos que el camino que tomamos es el correcto y el mejor. Nos negamos a ser meros espectadores aunque no sepamos con exactitud adónde nos van a conducir nuestros actos. Ésta es la clase de convicción apasionada que hace nacer romances, que gana batallas, que conduce a la gente a perseguir el sueño que otros no se atreverían siquiera a soñar. Creer en nosotros mismos y en lo que está bien nos catapulta por encima de cualquier obstáculo y nuestra vida empieza a desplegarse ante nosotros.


29. Dentro me fui encontrando siempre con la misma escena: uno o dos baristas tras la barra creando espressos, capuccinos y otras bebidas que aún no había probado yo para personas que parecían ser más que clientes: amigos. En cada bar sentí el runrún de una comunidad y la sensación de que con una tacita de espresso la vida adquiría un ritmo más lento. La mezcla de destreza y de conexión humana, junto con el aroma cálido y el vigorizante sabor del café recién hecho, me llegaron muy adentro. La mente me iba a toda velocidad. Es como si en aquel momento visualizara mi propio futuro y el de Starbucks, que en aquella época sólo vendía café en grano y molido en pequeñas bolsas para ser consumido en casa, pero no se preparaban bebidas.


30. Una mañana de aquel viaje, en Milán, iba caminando desde el hotel a una feria de comercio y se me ocurrió entrar en una pequeña cafetería. "Buon giorno! ", me saludó un hombre ya de cierta edad y bastante delgado que había tras la barra, como si me conociera de toda la vida. Se movía con gracia, con precisión, y parecía estar interpretando una delicada danza mientras molía café, calentaba leche, preparaba espressos, capuccinos y charlaba con los clientes que aguardaban de pie y prácticamente pegados los unos a los otros al otro lado de la barra. Todo el mundo parecía conocerse en aquel pequeño establecimiento y tuve la sensación de estar presenciando un ritual diario. "¿Espresso?", me preguntó. Yo asentí y vi que repetía el ritual para mí, sonriendo mientras la máquina borboteaba y silbaba. "Éste no es su trabajo", pensé. "Es su pasión".

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