Frases de El año de la muerte de Ricardo Reis - 2

29. La sensibilidad de las personas tiene espacios tan profundos y recónditos que, si nos aventuramos por ellos con ánimo de examinarlo todo hay peligro de no salir de allí tan pronto.


30. Cuántas veces creemos sumar y nos quedamos con un resto en las manos, y cuántas, al revés, creíamos disminuir, y nos salió lo contrario, ni siquiera simple adición, sino multiplicación.


31. Lo peor es que el hombre no pueda estar en el horizonte que ve, aunque, si allá estuviese, desearía estar en el horizonte en que está, el barco en el que no vamos es el barco ideal para nuestro viaje.


32. (...) Esta lección nos fue dada para que no nos fatigáramos jurando nuevas y mejores intenciones para el año que viene, por ellas no nos juzgarán los dioses, por las obras tampoco, sólo jueces humanos se atreven a juzgar, los dioses nunca.


33. Conforme van poniendo pie en tierra, corren a abrigarse, los extranjeros murmuran contra el temporal, como si fuéramos nosotros los culpables del mal tiempo, parecen haber olvidado que en sus francias e inglaterras suele ser mucho peor, en fin, a éstos todo les sirve con tal de desdeñar a los países pobres.


34. (...) La verdad última de los dioses sea que no saben nada, a no ser que su ocupación única sea olvidar en cada momento lo que en cada momento les van enseñando los actos de los hombres, tanto los buenos como los malos, iguales en definitiva para los dioses, porque inútiles son para ellos.

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