Mi existencia entera es un verso oscuro.
Ama tu verso, y ama sabiamente tu vida, la estrofa que más vive, siempre es la mas vivida.
Cuerpo, compañero, juntos nos moriremos. No puedo no querer la sombra que tenemos, no apresar con ella el resplandor de un verso. "Memorias de Adriano" (1951), Marguerite Yourcenar
"Memorias de Adriano" (1951) Frases de "Memorias de Adriano" (1951) Frases de Marguerite Yourcenar
Quiero ganar mi verso, este verso; y quiero que vaya quedo, raudo y sereno como un dardo certero al corazón del pueblo de todos los pueblos... Al corazón del Universo.
El viejo poeta siente poco a poco que un verso se apodera de él como un estornudo.
Deshaced ese verso, Quitadle los caireles de la rima, el metro, la cadencia y hasta la idea misma. Aventad las palabras, y si después queda algo todavía, eso será la poesía.
Para escribir poemas, para ser un poeta de vida apasionada y romántica cuyos libros están en las manos de todos y de quien hacen libros y publican retratos los periódicos, es necesario decir las cosas que leo, esas del corazón, de la mujer y del paisaje, del amor fracasado y de la vida dolorosa, en versos perfectamente medidos, sin asonancias en el mismo verso, con metáforas nuevas y brillantes.
Que tu verso sea la buena ventura esparcida al viento crispado de la mañana que va floreciendo menta y tomillo...Y todo lo demás es literatura.
La trivialidad del verso y la vulgaridad casi popular de la melodía parecían tanto más convertidas en belleza por un soplo que las levantaba y arrebataba al cielo en las alas de la pasión. Porque aquella voz angélica glorificaba un himno pagano. "El fantasma de la ópera" (1910), Gastón Leroux
"El fantasma de la ópera" (1910) Frases de "El fantasma de la ópera" (1910) Frases de Gastón Leroux
Hay versos que, por su carácter, parecen formar parte del reino mineral; son dúctiles y resplandecientes. Otros, pertenecen al reino vegetal; tienen savia. Los últimos, finalmente, pertenecen al reino animal; tienen vida. Los más bellos son los que tienen alma; éstos pertenecen a los tres reinos, pero aún más a la Musa.
El verso es una paloma que busca donde anidar. Estalla y abre sus alas para volar y volar.
(...) Escribir estos versos, cubrirlos de tachaduras y reescribirlos, era una necesidad profunda de mi ser y me provocaba un placer incomparable que llegaba a las lágrimas. "Yo recuerdo" (1957), Borís Pasternak
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