Habría que empezar a vivir. Sin vida no hay historia y mucho menos literatura.
Si no sabes por dónde empezar tu propia historia, qué demonios haces aquí.
Su lucha por la vida acababa de empezar.
Me ha llamado alguien. Alguien a quien conocí hace mucho tiempo. En otro lugar. En aquella época sucedió algo. Hice una promesa. Todos prometimos que volveríamos si ese algo volvía a empezar. Y parece que ha empezado. "Eso" (1986), Stephen King
"Eso" (1986) Frases de "Eso" (1986) Frases de Stephen King
Nosotros teníamos mucho que dominar y, tal vez, para empezar, esa perpetua tentación que experimentamos de parecernos a ustedes. Porque siempre hay algo en nosotros que se deja llevar por el instinto, el desprecio a la inteligencia, el culto a la eficacia. Nuestras grandes virtudes terminan por hastiarnos. Nos avergüenza la inteligencia y a veces imaginamos alguna venturosa barbarie en la que la verdad surgiera sin esfuerzo. Pero, en lo que a eso atañe, la curación es fácil: ahí están ustedes para mostrarnos lo que ocurre con la imaginación, y nos enmendamos. Si creyera en algún fatalismo de la historia, pensaría que están ustedes junto a nosotros, ilotas de la inteligencia, para corregirnos. Renacemos entonces al espíritu, nos acomodamos a él. "Cartas a un amigo alemán" (1948), Albert Camus
"Cartas a un amigo alemán" (1948) Frases de "Cartas a un amigo alemán" (1948) Frases de Albert Camus
Lo más fácil es reaccionar. Lo segundo más fácil es responder. Pero lo más difícil es empezar.
Para empezar a caerse adecuadamente, sin temor, es preciso caerse muchas veces. Solamente después de ello puede realmente progresar.
En definitiva, lo importante es empezar. No importa cómo, luego habrá tiempo para pensar en los detalles.
El tema busca la forma adecuada: la forma busca el tema apropiado. Cuando los dos se encuentran estoy preparado para empezar a escribir.
¡Bien! Ahora por fin puedo empezar a vivir como un ser humano.
(...) He visto, también, los que no cejan: buscando a tientas; aferrándose (o soltándose) al centro en las mareas cambiantes; dejando un tenue rastro del perfume inconfundible en los vientos furiosos; librando, cada día, la batalla más difícil, la única noble, la de adentro; borrando con su propia sangre los dictados negros (propios y ajenos); equivocándose, equivocándose y volviendo a empezar; dudando de su fuerza, pero ofreciendo el pecho; sabiendo que está todo por hacer, y que tendrá que ser hecho cada vez por cada uno; templando su coraje en la negrura más espesa de la noche.
Siempre supe que es mejor cuando hay que hablar de dos, empezar por uno mismo.