Las cigarras van a la muerte y su canto nada nos dice.
El mismo paisaje escucha el canto y ve la muerte de la cigarra.
Una cigarra canta frente a la casa vacía al último sol.
Cuando para de cantar y vuela al fin vemos a la cigarra.
En la tierra jamás la poesía cesa: cuando, en la solitaria tarde invernal, el hielo ha labrado el silencio, en el hogar ya vibra el cántico del grillo, que aumenta sus ardores, y parece, al sumido en somnolencia dulce, la voz de la cigarra, entre colinas verdes.
Al borde de la muerte más sonora que antes las cigarras en otoño.
Tienes el corazón poblado de cigarras, y un parecido a muertas vihuelas desveladas, gran melancólica.
Al igual que la cigarra es amiga de la cigarra y la hormiga lo es de la hormiga, así el cantor lo es de la musa y del canto.
¿Demasiado hormiga y no lo bastante cigarra?
Las cigarras habían instalado un aserradero en el patio. "La Hojarasca" (1955), Gabriel García Márquez
"La Hojarasca" (1955) Frases de "La Hojarasca" (1955) Frases de Gabriel García Márquez
La cigarra del octavo día puede ver cosas que las demás no ven. Quizá no quiera, pero después de todo no es tan terrible. No hay necesidad de cerrar los ojos. "La cigarra del octavo día" (2007), Mitsuyo Kakuta
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