01. El desprecio destruye la piedad.
02. ¡Qué mundo tan hermoso! ¡Debe ser un reflejo del cielo!
03. No lo sabrá nunca, porque en la tumba no hay recuerdos.
04. Incluso la fruta verde ha de prometer madurez y delicia, tesoros.
05. ¡El amor! Es el grillete de la libertad del espíritu: ¡Su esclavizador! Y muy traicionero.
06. Unos labios hermosos que inventan epigramas y que saben hablar de temas eruditos son deleitosos.
07. Nada podía explicarse ni comprenderse adecuadamente, nada podía conocerse del todo. En ello se encerraba la emoción más profunda.
08. El único modo en que la mayoría de los hombres pueden mantenerse disciplinados es mediante el temor a la ley o el temor de Dios...
09. La codicia es el más feo y detestable de los pecados, porque se alimenta de su propio apetito y nunca se sacia, y su rapacidad aumenta consigo misma.
10. Sólo el fuerte puede proteger al débil. Sólo el noble de corazón puede inspirar a otros hombres a la nobleza, al sacrificio, a la autodisciplina, al amor.
11. Cuando un gobierno se halla decidido a difamar, destruir y asesinar a un héroe, lo puede hacer con toda impunidad. Es que ahora nos gobiernan los hombres y no las leyes.
12. Una mujer debe insinuar siempre, jamás asegurar. Os repito estas admoniciones, tesoros míos, para que obtengáis éxito y riquezas y seáis siempre divertidas y seductoras.