01. El concepto de una obra de arte puede involucrar la materia de la que está hecha la obra o el proceso durante el que se realiza.
02. La voluntad del artista es secundaria al proceso que va de la idea a la concreción de la obra. Su voluntad bien puede ser puro ego.
03. Si el artista cambia de opinión a mitad de camino en la ejecución de su obra, pone en riesgo el resultado y repite resultados pasados.
04. El concepto y la idea son diferentes. El primero implica una dirección general mientras que el segundo es el componente. Las ideas ejecutan el concepto.
05. Dado que ninguna forma es intrínsecamente superior a otra, el artista puede usar cualquier forma, desde una combinación de palabras (hablada o escrita) hasta la realidad física.
06. Las ideas pueden ser obras de arte: se encuentran engarzadas en una cadena de desarrollo que eventualmente puede encontrar alguna forma. No todas las ideas necesitan materializarse.
07. Una obra de arte puede entenderse como el conducto que une la mente del artista con la del espectador. Pero bien puede nunca llegar a la mente de éste, o dejar siquiera la del artista.
08. Las ideas no proceden necesariamente en un orden lógico. Pueden enviarlo a uno en direcciones inesperadas, pero cualquier idea debe, necesariamente, completarse en la mente antes de que se forme la siguiente.
09. Una vez que la idea de la obra se establece en la mente del artista y su forma final es decidida, el proceso se lleva a cabo a ciegas. Hay muchos efectos secundarios que el artista no puede imaginar. Estos pueden utilizarse como ideas para nuevas obras.
10. Cuando se utilizan palabras como pintura y escultura, se connota toda una tradición, y esto implica la aceptación de esta tradición, imponiendo así sobre el artista una serie de limitaciones que lo llevarán a evitar hacer arte que vaya más allá de esas limitaciones.