Frases de Maurice de Vlaminck

01. Si un cuadro tiene que ser explicado mediante palabras, nada tiene que ver con la pintura.

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02. Tenía la necesidad de destruir las viejas convenciones, de desobedecer a fin de recrear la vida y un mundo liberado.

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03. Los buenos pintores son como los buenos cocineros; puede ser probado, pero no ser explicado.

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04. En arte, las teorías son tan útiles como la prescripción de un doctor; uno debe estar enfermo para creerlas.

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05. Cuando tengo la pintura en las manos... (es) la vida y yo, yo y la vida.

+ Frases de Pintura


06. Yo era pobre, pero sabía que la vida es hermosa y no tenía otra ambición que descubrir con nuevos significados la profunda de los vínculos que me unían a la tierra.

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07. Incorporé en una orquestación de colores puros todos los sentimientos de los que fui consciente.

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08. Cuando pongo mis manos en los materiales de pintura no maldigo la pintura de otros pintores... Cada generación debe comenzar de nuevo.

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Maurice de Vlaminck

Maurice de Vlaminck
  • 4 de abril de 1876
  • París, Francia
  • 11 de octubre de 1958
  • Eure y Loir, Francia

Pintor francés representante del fauvismo, que permanentemente se planteó metas y desafíos que superó de manera notable.

Sobre Maurice de Vlaminck

Maurice de Vlaminck nació en el seno de una familia de músicos bohemios, donde aprendió música y pintura.

A los dieciséis años compra su primera bicicleta de carreras, y decide convertirse en ciclista profesional y paralelamente da clases particulares de violín.

En 1894, Maurice de Vlaminck se casa una mujer unos años menor y ese mismo año la fiebre tifoidea ponga fin a su carrera deportiva.

Tiempo más tarde entra en el ejército y conoce a André Derain, que lo convence de dedicarse a la pintura y con quien tendrá una amistad de por vida.

Maurice de Vlaminck se adentra en el mundo de la pintura y da inicio a un periodo de formación autodidacta.

A mediados de 1900 comparten un estudio donde ambos pintaban.

En 1905 se produce la primera aparición pública de Maurice de Vlaminck como artista, cuando junto a otros pintores expone su obra en el Salón de Otoño de París y la crítica comienza a llamarlos "fauvistas".

Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) reside en Ruán, donde comienza a escribir poesía.

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) encuentra a Maurice de Vlaminck pintando paisajes con una paleta sombría y pinceladas gruesas y ya no habrá cambios sustanciales en su obra.

Antes de morir publicó una docena de volúmenes autobiográficos, algunas novelas eróticas y libros de poesía.

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