01. La vida no podía ser esa cosa que se nos imponía y que uno asumía como un arriendo, sin protestar. Pero ¿qué podía ser?... Debía haber una contraseña, algo que permitiera quebrar la barrera de la rutina y la indolencia y acceder al fin al conocimiento, a la verdadera realidad.
02. La naturaleza humana reclama la estabilidad. La estabilidad en el amor, en la residencia, en el pensamiento. Hay en nosotros una pesada carga de sedentarismo que nos obliga a vivir en un sitio, querer a una mujer, pertenecer fiel a una ideología. Y esto es terrible pero necesario. Necesario porque tiene sus compensaciones, y porque hace posible, además, la vida social. El nomadismo, como lo concibo -geográfico o intelectual- produciría una sociedad anárquica y primitiva, construida por hombres egoístas y dispersos.
03. Quién sabe, sin embargo, si esto será lo mejor. Por lo menos cada uno sería feliz -lo creo al menos- y ésta es ya una razón suficiente.
04. En la salud lo que me conduciría a la muerte y en la enfermedad lo que me mantiene vivo.
05. Una casa: ya sé que se deja, se destruye, se pierde, se vende, se abandona. Pero al niño hay que dársela porque no olvidará nada de ella, nada será desperdiciado, su memoria conservará el color de sus muros, el aire de sus ventanas, las manchas del cielo raso y hasta "la figura escondida en las venas del mármol de la chimenea". Todo para él será atesoramiento.
06. Pienso a menudo que así como la literatura de algún autor es la hechura de su propia vida, así también la vida de un autor es lo que uno escribe.
07. Se sueña solo en primera persona y en presente indicativo - dice Luder. A pesar de ello el soñador rara vez se ve en sus sueños. Es que no se puede ser mirada y al mismo tiempo objeto de mirada.
08. Escribí "Crónica de San Gabriel" cuando me encontraba viviendo solo en Múnich (Alemania), sin saber alemán y en una pensión en donde era imposible comunicarse por desconocer el idioma, tampoco salía a la calle por el frío polar imperante...comencé pues a escribir para salirme del entorno en el que vivía e imaginar todo el tiempo pasando unas plácidas vacaciones en la sierra peruana. Claro que no sabía entonces que escribía una novela, sino me divertía recordando algo ameno para olvidar algo adverso.
09. Los amigos desarrollan en nosotros nuestras virtudes potenciales. Cada amigo crea en nosotros una zona de contacto, un campo propicio al desarrollo de un determinado tipo de amistad. Es por ello que podemos tener dos amigos íntimos que no lleguen jamás a comprenderse entre sí. Perder un amigo significa muchas veces neutralizar un sector de nuestra personalidad.
10. Una cualidad que te envidiamos es haber logrado siempre evitar las discusiones - le dicen a Luder. No veo por qué -responde-, entrar en una discusión es admitir por anticipado que tu contrincante puede tener la razón.
11. Nada me impresiona más que los hombres que lloran -dice luder- . Nuestra cobardía nos ha hecho considerar el llanto como cosa de mujercitas. Cuando solo lloran los valientes: por ejemplo, los héroes de Homero.
12. Es curioso -dice Luder- En el fondo de los ojos de las personas extremadamente bellas hay siempre un remanente de imbecibilidad.