01. Qué hermoso es el tiempo de la austeridad.
02. Despierto teniendo en mis manos hierbas y tierra de un lugar donde nunca estuve.
03. La burguesía ha tratado de matar a la poesía, para luego coleccionarla como objeto de lujo.
04. Yo me invito a entrar a la casa del vino cuyas puertas siempre abiertas no sirven para salir.
05. Eso fue la felicidad: dibujar en la escarcha figuras sin sentido sabiendo que no durarían nada.
06. Me despido de la memoria y me despido de la nostalgia -la sal y el agua de mis días sin objeto-.
07. Un vaso de cerveza, una piedra, una nube, la sonrisa de un ciego y el milagro increíble de estar de pie en la tierra.
08. El bosque se estremece soñando con los grandes animales que lo recorrían. El bosque cierra sus párpados y me encierra.
09. No sé si recordarte es un acto de desesperación o elegancia en un mundo donde al fin el único sacramento ha llegado a ser el suicidio.
10. Y nosotros no debemos hablar cuando la luna brilla más blanca y despiadada que los huesos de los muertos. Sigue brillando, luna de verano.
11. Un hombre solo en una casa sola No tiene deseos de encender el fuego No tiene deseos de dormir o estar despierto Un hombre solo en una casa enferma.
12. El reloj murmura que es preciso dormir, olvidar la luz de este día que no era sino la noche sonámbula, las manos de los pobres a quienes no dimos nada.