01. Y al final dejó el horror de esta vida para entrar en el horror de la muerte.
02. La inconsciencia o no conciencia es la condición sine qua non para la felicidad.
03. Todo lo que tuvo se lo gastó y nada les dejó a los gusanos.
04. La filosofía sirve para lo que sirve Dios. Para un carajo.
05. La lujuria está bien: el sexo es bueno, despeja la cabeza y alegra el corazón.
06. ¿En qué círculo del infierno te estarás quemando, Pío Nono, cura bellaco? ¿Me alcanzarás a oír desde abajo? En las vacas acuchilladas en los mataderos de este mundo se revive día a día la pasión de tu Cristo. El mismo dolor, la misma angustia, el mismo miedo que él sintió colgado de una cruz lo sienten ellas cuando las acuchillan, así las pobres, las humildes, no se digan hijas de Dios.
07. La trama de mi vida es la de un libro absurdo en el que lo que debería ir primero va luego. Es que este libro mío yo no lo escribí, ya estaba escrito: simplemente lo he ido cumpliendo página por página sin decidir. Sueño con escribir la última por lo menos, de un tiro, por mano propia, pero los sueños sueños son y a lo mejor ni eso.
08. Dos mil años llevamos de civilización cristiana sin querer ver ni oír, haciéndonos los desentendidos, atropellando a los animales, cazándolos por sus colmillos o sus pieles, experimentando con ellos, inoculándoles virus y bacterias, rajándolos vivos para ver como funcionan sus órganos y sus cerebros, maltratándolos, torturándolos, vejándolos, enjaulándolos, asesinándolos, abusando de su estado de indefensión, con la conciencia tranquila y la alcahuetería de la Iglesia y la indiferencia de Dios.
09. La verdad es una palabra muy compleja. Primero, que todo cambia: las sociedades, las épocas, el pensamiento. Lo que pudo ser verdad para uno de niño no es lo mismo que sostiene de joven o, mucho menos, de viejo. La verdad va cambiando con la misma persona. No hay ninguna verdad. La verdad es inasible. No hay ninguna verdad. Sin embargo, la verdad en mi literatura es la de mi narrador –aunque en La rambla paralela sea diferente–. La verdad en literatura es lo que no se traicione como mentira.
10. El psicoanálisis es de un puritanismo horrendo, de unas revisiones horrendas, siniestras. Me doy cuenta de que siempre quise hacer un libro de psicoanalistas. Es un gran tema sobre todo porque ahora todo eso está en bancarrota. El psicoanálisis se acabó. En parte gracias a toda esta liberación sexual que acabó con todos ellos. Ellos, psiquiatras o psicoanalistas, nos ponían cadenas y traumas. Para ellos todo era eyacular en una vagina y sólo eso era normal. En fin, lo usé para burlarme de eso.
11. Nada funciona aquí. Ni la ley del talión ni la ley de Cristo. La primera, porque el estado ni la aplica ni la deja aplicar: ni raja ni presta el hacha como mi difunta mamá. La segunda porque es intrínsecamente perversa. Cristo es el gran introductor de la impunidad y el desorden en el mundo. Cuando tú vuelves a Colombia la otra mejilla, de un segundo trancazo te acaban de desprender la retina. Y una vez que no ves, te cascan de una puñalada en el corazón.
12. La puta, la gran puta, la grandísima puta, la santurrona, la simoníaca, la inquisidora, la falsificadora, la asesina, la fea, la loca, la mala; la del Santo Oficio y el Índice de Libros Prohibidos; la de las Cruzadas y la noche de San Bartolomé; la que saqueó Constantinopla y bañó de sangre Jerusalén; la que exterminó a albigenses y a los veinte mil habitantes de Beziers; la que arrasó con las culturas indígenas de América; la que quemó a Segarelli en Parma, a Juan Hus en Constanza y a Giordano Bruno en Roma; la detractora de la ciencia, la enemiga de la verdad, la adulteradora de la Historia; la perseguidora de judíos, la encendedora de hogueras, la quemadora de herejes y brujas...